Zona de entrada y salida del garaje en el que aparcamos los coches de km77.com.

Es un garaje con barrera de entrada y salida, al que se accede mediante la introducción de una tarjeta.

Me acerco a pie, para tomar el ascensor que me debe llevar a recoger un coche, y veo a una persona dentro de su coche, detenida, esperando para salir y con su barrera levantada.

Casi enfrente de ella, a otra persona, también dentro de su coche, dispuesta a entrar, al lado del poste en el que debe introducir la tarjeta.

Por el lugar de las barreras no hay anchura para dos coches. No se pueden cruzar en ese punto. La zona por la que pueden pasar dos coches está en el interior del aparcamiento, antes de llegar a las barreras. Todo el camino de salida hasta la calle es muy estrecho. Y cruzarse en esa zona resulta complicado para muchos coches e imposible para otros, si son muy anchos.

Es un garaje en el que hay muchos visitantes esporádicos, que no conocen las triquiñuelas del aparcamiento. Por ese motivo, intenté ayudar y golpeé con los nudillos en la ventanilla del acompañante del coche que intentaba salir del aparcamiento. Bajó la ventanilla.

—De aquí hasta la calle no hay espacio para que os crucéis. Lo más fácil es que des un poco de marcha atrás para que él pueda entrar y os crucéis los dos.

—¡Pero yo llegué antes. Que se aparte!

—Ya. Pero es que vais a tardar más los dos, porque para apartarse tiene que dar marcha atrás hasta la calle y en la salida no se ve nada y hay que esperar a que los peatones colaboren, porque pasa mucha gente.

—Yo llegué antes.

Me fui hacia el ascensor a recoger mi coche. Después de bajar a por él y de subir las tres plantas, más o menos cinco minutos después, los dos coches todavía estaban en maniobras. Uno ya en la calle y el otro encima de la cera esperando a que dejaran de pasar coches para salir. Grotesco.

Una maniobra sucinta les hubiera evitado a las dos personas varios minutos de movimientos absurdos con el coche.

El hecho era irrebatible: «Yo llegué antes».

Llegar antes. El concepto que justifica comportarse de forma necia.