Algunos de ustedes me habían avisado, pero yo no había hecho suficiente caso de su aviso. Confío mucho en los lectores de este blog. Confío mucho en ustedes. Estoy seguro de que no van a malinterpretar mis palabras. Sin embargo, ahora, una persona que me quiere (yo yo a ella) me lo ha dicho con toda claridad:

«Yo no habría contado lo de la celiaquía en tu web. Ahora hay mucha gente que se autodiagnostica y automedica. Entiendo muy bien lo que cuentas, pero no es buena idea que ahora todo el mundo desconfíe de los médicos y vaya por su cuenta. No todos tus lectores son fieles. Habrá muchos que puedan encontrar tu blog al buscar en google. Hay mucho ciudadano despistado. Y los evangelistas de la nutrición dan mucho miedo.»

A continuación de esto que me ha dicho mi amiga, me he dado cuenta de que ustedes en sus comentarios me avisaban de lo mismo cuando decían:

Siloniz:

«El problema con internet (sirve también para el cuñado-amigo) puede aparecer sin por ejemplo usted se “automedica” y deja de tomar cereales con gluten porque puede pasar que cuando lleguen los resultados de las pruebas estas sean negativas precisamente porque ya no ingiere gluten.»

Al leerlo, yo pensaba que todos ustedes se preocupaban por mí y yo sé que no voy a hacer disparates. Tengo muchos médicos cerca, camino con ellos. No me han diagnosticado, pero soy incapaz de avanzar sin ellos.

Jaime:

«Cuidado con internet y el gluten. Desgraciadamente, circulan por internet muchas afirmaciones no basadas en la evidencia respecto a los efectos del gluten. “El gluten es malo” “El gluten es inflamatorio”. El gluten no es malo más que si eres intolerante al gluten, lo que sucede es que, efectivamente, hay otras formas de intolerancia al gluten además de la celiaquía y, a día de hoy, hay pocas evidencias sobre ellas.»

También me había avisado un amigo por twitter y él hablaba claramente de otros lectores, pero no le hice suficiente caso. Me fío de mis lectores (quizá, como en todo, quizá demasiado):

Juan:

«Un porcentaje muy alto de gente no sabemos buscar en los sitios adecuados en internet. Y estar teóricamente formados no garantiza que sepamos buscar. He visto a gente culta dar por supuestas verdaderas majaderías.»

Llegados a este punto, ante tanto aviso, prefiero puntualizar y advertir.

En ningún momento pretendo decir que no haya que fiarse de los médicos. No conozco ningún conocimiento mejor que el que proporciona el método científico. Los médicos son los representantes y garantes del método científico en cuestiones de salud. Los médicos no son infalibles y algunos son malos representantes y garantes, porque saben poco, estudian poco o tienen poco tiempo para atender a los pacientes (esa no es su responsabilidad en el sistema público). Pero que haya algunos médicos malos no significa mucho. No tenemos alternativa mejor.

No pretendo decir que debamos fiarnos de internet, de las miles de cosas que aparecen en internet, tantas veces contradictorias. Siempre escribo y pido a todos los lectores que no se fíen ni de lo que digo yo ni de lo que decimos en km77.com, a pesar de todo el esfuerzo que hacemos por hacerlo bien. Mucho menos, por tanto, quiero que nadie se fíe de nada de lo que lee y que todos tomemos medidas serias para confirmar que ese conocimiento es serio y está respaldado por el método científico.

Los charlatanes, los homeópatas, los evangelistas de la nutrición, cualquiera que hable sin un respaldo científico sólido, supone un riesgo grave para nuestra salud. No debemos ni escucharles. Es mi recomendación.

Vivimos en un mundo complejo. Nos tenemos que fiar siempre de alguien para todo aquello que no es nuestra especialidad. Nos tenemos que fiar de un asesor fiscal, de un fontanero, de un mecánico para el coche, de un conductor de autobús, de un médico, de un abogado, de un arquitecto… No nos queda más remedio que fiarnos porque es imposible saber de todo. A la vez, es imprescindible que desconfiemos un poco y que estudiemos e intentemos saber, porque está en juego nuestra salud, nuestras finanzas, nuestro hogar, nuestro tiempo…

No sé cómo se gestiona esa confianza/desconfianza. No tengo herramientas. Cuando voy al médico me fío sin ambages, pero en ocasiones fallan y me doy cuenta de que quizá yo tenía que haber hecho algo más. Me ocurre lo mismo con el asesor financiero, el fiscal, el mecánico, el fontanero.

Lo que sí sé es que para la salud, cualquier terapia respaldada por el método científico es superior al resto de terapias.

En ningún momento pretendo incitar a que nadie se automedique sin consultar a su médico ni que nadie haga pruebas sin consultar a su médico ni que nadie se autodiagnostique. Y, por supuesto, no pido que nadie crea todo lo que lee en internet.

Gestionar nuestra salud es complicado. Lo que sí pido es que nadie se quede quieto si sus médicos no le diagnostican o si cree que su médico se ha equivocado con el diagnóstico. Nadie como el paciente conoce su cuerpo, sus síntomas, sus reacciones. Es cierto que también existe la sugestión y el efecto placebo. También tenemos que desconfiar de nosotros mismos. Todo es complicado. Pero si alguien está sin diagnóstico o no está convencido, sí recomiendo que busque, que investigue y que, con el respaldo de su médico, insista hasta dar con el problema. No le recomiendo a nadie estar 12 años con molestias y quedarse limitado por los médicos. Yo me he equivocado. Tenía que haber buscado más, tenía que haber intentado relacionar síntomas. He actuado como un paciente de antes de la era de la información. Por confianza en los médicos. Me equivoqué. Tenía que haber indagado. Indagar también obliga a ser muy cuidadoso y a no dar pasos en falso. Buscar un médico que te escuche (Médicos, por favor, escuchen a sus pacientes) para avanzar de la mano.