Las presiones de los neumáticos recomendadas en el Volkswagen Passat TDI V6 con el que probamos los neumáticos Michelin CrossClimate aparecen en la tapa del depósito de combustible. Muestro la foto, aunque esté hecha en el garaje y con poca luz.

Para probar en nieve he utilizado una presión de mi cosecha, que creo que no iba mal, pero para estar seguro tendría que comparar con otras presiones. En el coche iba yo solo. Delante he puesto 2,6 bar y detrás 3,2. Mi intención era que agarrara más del eje delantero y que las ruedas traseras tuvieran más propensión a deslizar. Seguramente, con menos presión en el eje delantero hubiera dado más agarre. Pero en líneas generales el resultado me ha dejado satisfecho.

He ido dos días a la nieve. El primero fue el sábado 19 de enero por la noche. Ese día encontré la nieve en placas y en proceso de fundición. Fue el día más peligroso, porque la nieve estaba irregular. En algunas zonas, casi fundida, agarraba mucho y en otras curvas estaba prácticamente helada y delizaba que era un primor. El susto que me pegué lo cuento hacia el final.

El martes 22, volví a las andadas. Fui al mediodía. Estuve más o menos una hora conduciendo sobre la nieve. Me hubiera quedado, pero había que trabajar :). Este martes, la nieve estaba homogénea. Hacía frío y nevaba continuamente.   

Resumen de la prueba.

Estos neumáticos, para la mayoría de situaciones sobre nieve, sirven perfectamente sin necesidad de cadenas. No agarran tanto como unas cadenas, pero agarran lo suficiente como para resolver la mayoría de contratiempos que se presentan.

Dicho esto. El agarre de la nieve en carretera muchas veces es suficiente como para circular sobre ella con seguridad con neumáticos de verano. Con neumáticos de verano no se pueden realizar fuertes frenadas, especialmente en bajada, ni pasar por las curvas a elevada velocidad. Para saber si los Michelin CrossClimate agarran mucho más que unos neumáticos de verano o mucho menos que unos de invierno, tendría que haberlos comparado sobre la misma nieve, pero no tenemos tantos recursos.

Para mí, la clave de utilidad de unos neumáticos de invierno no radica en cómo responden en carretera en paso por curva y en las frenadas a más de 40 km/h. Lo grave, cuando una carretera está nevada o helada, es quedarse atascado. También es importante saber que, cuando vas muy despacio, frenan y que no vas a seguir deslizándote pendiente abajo, casi parado, pero sin capacidad para detener completamente el vehículo. Si se puede correr más o menos por la nieve, o por el hielo, depende de muchas circunstancias: del tipo de nieve, de si hay hielo o no, de si es subida o bajada, del peralte de la curva… pero eso no es lo importante. No se trata de correr, sino de no quedarse atascado.

Con estas ideas en la cabeza, distingo entre dos situaciones claramente diferentes.

  • Agarre de los neumáticos en maniobra, a baja velocidad.
  • Agarre y sobre todo previsibilidad de los neumáticos por carretera, a la velocidad que sea posible, sobre el piso deslizante.

He probado el agarre de los neumáticos sobre una pendiente corta y pronunciada por la que había pasado una máquina para pisar la nieve existente. Mi sensación, a simple vista y tras abrir la puerta y tocarla, es que se trataba de una nieve compacta, con una capa superficial dura, que no agarraba mucho. Estoy casi seguro de que un coche con neumáticos de verano no habría sido capaz de arrancar desde parado en la mitad de esa cuesta. Con los Michelin CrossClimate arranqué en primera, con cuidado, sin dificultad. Del mismo modo, en bajada, a velocidad baja, detenían el coche. Si hubiera bajado un poco rápido, habría acabado sin duda ninguna empotrado en la casa que se veía al fondo de la rampa. Los neumáticos Michelin CrossClimate no hacen milagros, pero sí me parece que sirven para evitar tener que poner cadenas en situaciones en las que serían imprescindibles con neumáticos de verano. Por esta capacidad, porque también van bien en seco y con calor y porque no se desgastan en exceso, este tipo de neumáticos me parece una opción recomendable para quienes corran algún riesgo de enfrentarse a superficies nevadas ocasionalmente.

 

  • Agarre de los neumáticos en carretera

En carretera me resulta más difícil realizar una comparación con neumáticos de verano y de invierno. A baja velocidad sí que sé que la diferencia con los de verano puede suplir la necesidad de montar cadenas en muchas ocasiones. Esa es una diferencia grande, porque montar cadenas, bajo el frío y la nieve que cae del cielo, que siempre se te cuela por el pescuezo, es un engorro grande. Lo que no me atrevo a decir es si compensa un neumático de invierno para estas ocasiones esporádicas.

Mi impresión es que, en carretera nevada, los Michelin CrossClimate dan un resultado más próximo al de un neumático de verano que al de un neumático de invierno, pero aquí ya entramos en terreno resbaladizo.

Un neumático de invierno no sólo sirve para sustituir a las cadenas. Un neumático de invierno permite desenvolverse con seguridad en un terreno nevado a velocidades muy superiores a las que se puede circular con cadenas. Mi impresión es que con el neumático de «todo tiempo» se puede circular con seguridad sobre nieve un poco más deprisa de lo que puede circularse con neumáticos de verano y que a baja velocidad permiten frenar y girar casi tan bien como con cadenas.

La frenada, especialmente, es peor que con cadenas, sin embargo en curva, la respuesta es parecida a la que encuentras con cadenas.

Las cadenas (sean metálicas o no) tienen el gran inconveniente de que funcionan muy mal sobre asfalto sin nieve. En una carretera completamente nevada las cadenas cumplen bien su función. Sin embargo, cuando la nieve se presenta a tramos, zonas con manchas de nieve y zonas de asfalto desnudo, las cadenas son un martirio, porque apenas agarran, porque hacen ruido y porque se rompen con facilidad. Aparte del engorro que supone ponerlas y quitarlas.

Yo sólo recomendaría que llevara cadenas en el coche a aquellas personas que están convencidas de que no las van a utilizar. Para quienes van a esquiar, pero viven en ciudades alejadas de las montañas, los neumáticos de todo tiempo me parecen una opción magnífica (No puedo recomendar de ninguna marca concreta. Es muy probable que haya otros con una relación calidad precio igual o mejor a la de estos Michelin, pero no he tenido la posibilidad de compararlos).

Sólo recomendaría neumáticos de invierno a quienes viven en zonas montañosas en las que nieve con regularidad. Para las pocas veces que nieva en el resto de España, con unos neumáticos para «todo tiempo» debe de ser suficiente:

Sí tengo claro que las cadenas (al menos las metálicas tradicionales) tienen una ventaja clara sobre los neumáticos, sean de todo tiempo o puros de invierno. Su respuesta es más parecida en todo tipos de superficies nevadas.  Las cadenas son un engorro, pero frenan de forma parecida sobre el hielo y sobre la nieve y lo mismo para arrancar.

Los neumáticos, como no se clavan, son más sensibles al cambio de superficie. En la primera noche, en la bajada que va desde Cotos hasta Rascafría, una bajada pronunciada, en una curva, con la nieve aparentemente igual a la de la curva anterior, con sólo rozar el freno los neumáticos perdieron toda la adherencia y perdí el control del coche durante unos instantes. Fue al principio de la frenada y todavía quedaba bastante distancia para la curva, pero mi sensación era que me iba directo contra el guardarail. En ocasiones así, la tendencia natural es a girar las ruedas en exceso, con lo cual se agrava la situación, porque el agarre es todavía menor. Como soy un bruto, giré las ruedas en exceso y como de algo me tiene que servir haberme pasado tantas horas conduciendo sobre la nieve, me di cuenta a tiempo y las enderecé de nuevo. Finalmente conseguí agarre y recuperé el control de coche. No pasó nada y a los tres días volví a probar de nuevo los neumáticos, con el coche intacto, y puede hacer las fotos que publico hoy.

Una situación así, de pérdida total de agarre, también puede ocurrir con cadenas, pero es mucho más difícil que ocurra. 

Lo que no hay que hacer sobre la nieve es forzar para conocer el límite de agarre de los neumáticos. Pero claro, a mí no me queda más remedio que probar para poder contárselo. 

Así se lo cuento: en las carreteras heladas o con nieve, cuando ya no nieva,  es necesario tener más cuidado que cuando nieva. La nieve deja una capa homogénea, con un agarre alto o bajo, pero constante. Cuando no nieva, en cambio, en algunas zonas la nieve se puede apelmazar, en otras deshelarse y en otras, por el motivo que sea, fundirse  y luego helarse y dejar la superficie como una pista de hielo. Sobre la nieve no se confíen nunca, pero cuando no nieve, mucho menos.