Vivimos tiempos de zozobra. Me parece bueno. La zozobra nos obliga a pensar, única posibilidad que tenemos para avanzar, para llegar a una sociedad en la que cada vez un mayor porcentaje de personas viva mejor. Nos queda mucho por pensar todavía. Para empezar, tendríamos que dilucidar qué significa vivir mejor.

Un hecho menor, que afecta a un número relativamente pequeño de personas, ha tenido una reperecusión alta. Liberty Media, empresa propietaria de la Formula 1, ha decidido suprimir la figura de las mujeres que llevan carteles con los números de los coches en las parrillas de salida de las carreras. No he buscado la fuente original, porque no me interesa el fondo de la noticia. Me importa poco si las sustituirán por máquinas, si desaparecerán, si pondrán hombres y mujeres. No me importa nada la realidad. Lo que me importa es la oportunidad de pensar a partir de esta decisión.

Hay dos posturas sencillas a adoptar frente a este asunto.

  • Es denigrante para las mujeres que las expongan, generalmente con poca ropa, para hacer una tarea inútil.
  • Estas mujeres, que son adultas, pueden decidir por sí mismas si se exponen o no y cuánto quieren cobrar a cambio de ese trabajo.

Yo, que tengo una mente sencilla, estoy de acuerdo con las dos posturas. Es denigante para las mujeres aparecer así. No sólo para las mujeres que aparecen, sino para todas las mujeres y en esta generalización para mí está la clave del asunto. Pero también estoy de acuerdo en que estas mujeres son mayores de edad y que deben poder decidir libremente sobre sus cuerpos y aceptar esos trabajos. Por otro lado, si suprimimos ese trabajo, les impedimos obtener una remuneración que quizá les ayude a tener una vida mejor.

Yo, que defiendo que debemos legalizar la prostitución, frente a una amplia corriente que defiende la abolición, estoy de acuerdo con las dos posturas y también tengo dudas.

¿De verdad puede uno hacer lo que quiera con su cuerpo? ¿De verdad puede uno negarse a ser vacunado si esa decisión va en perjuicio de toda la sociedad que queda expuesta a esas enfermedades que creíamos erradicadas? ¿Debemos permitir que una mujer sea expuesta voluntariamente en una jaula, desnuda, vestida o con poca ropa, como si fuera un animal en el zoo a cambio de dinero? ¿Hay mucha diferencia entre eso y un cabaré? ¿Hay mucha diferencia entre eso y el programa de la isla de los famosos? ¿Hay mucha diferencia entre eso y un anuncio publicitario en la que un hombre se quita la camiseta para anunciar una cerveza? ¿Debemos tener libertad los seres humanos para denigrarnos a nosotros mismos? ¿Debemos dar libertad para que unos pocos denigren a toda la especie o esos pocos no denigran a nadie más que a ellos mismos (y a quienes los ven)?

Yo defiendo la legalización de la prostitución por un motivo principal. Las putas me parecen las mujeres más denostadas del planeta. Dentro de un colectivo generalmente discriminado, como es el de la mujer, las putas están doblemente discriminadas. Reclamar la prohibición de la prostitución me parece ahondar en el estigma, me parece marcar con fuego a todas las mujeres que cobran por utilizar su cuerpo.

Con la prostitución tengo más dudas. El ser humano lleva muchos años de lucha para reclamar que las mujeres puedan utilizar sus cuerpos con libertad. Las mujeres especialmente han luchado por ser libres y no depender de nadie para decidir qué hacer con sus cuerpos. De hecho, puta, no es sólo utilizado para definir a las mujeres que cobran por la utilización de su cuerpo. Puta también se ha utilizado y se utiliza, de forma despectiva (¿por qué?) para definir a las mujeres que tenían relaciones sexuales con quien consideraban pertinente a cambio de placer o de lo que les viniera en gana. Esa lucha por la libertad de las mujeres ha intentado frenarse durante muchos años con la marca a fuego que significa la palabra puta.

Por otro lado está la dificultad de saber qué es prostitución y qué no. Corre la especie de que una joven mujer, emparejada con un hombre adinerado y mayor, ha dicho «Yo lo quiero a él por su cuerpo y él me quiere a mí por mi dinero». No sé si esta afirmación se ha producido realmente o es sólo una falacia (por este motivo no pongo nombres). Pero, sea como sea, podría ser perfectamente real. ¿Cuántas veces los matrimonios son producto del interés? ¿Qué diferencia un contrato matrimonial de un contrato de una noche o de unas horas? ¿Podemos impedir todos los matrimonios que no sean por amor? ¿No es el amor, también, un interés? ¿Es posible el amor a cambio de nada?

Entiendo que las personas favorables a la abolición de la prostitución pueden serlo por dos motivos. Uno de ellos es que esas relaciones son pecaminosas y van en contra del Derecho Natural (o algo parecido). La otra es que esas relaciones perjudican a toda la sociedad (como quien no se vacuna).

¿Dónde trazamos la línea entre la libertad individual y el beneficio colectivo? ¿Podemos permitir que alguien incendie su propia casa? ¿Podemos permitir que alguien queme su dinero? ¿Podemos permitir que alguien se suicide? ¿Podemos permitir que consuma drogas, que no se vacune, que ejerza la prostitución, que anuncie cervezas sin camiseta, que ve la tele, que no lea libros, que no estudie, que estudie cosas aberrantes, que venda su cuerpo, que se case, que decida tener hijos, que decida no tener hijos? ¿Podemos permitir que propague ideas que la mayoría considera perniciosas?

¿Dónde ponemos la línea? Yo soy partidario de acercar la línea a la libertad individual. Me parece insoportable que la sociedad no me permita decidir cuándo me suicido y cómo, por ejemplo. Y está claro que si yo me suicido, o que si yo aborto, mis actos tienen influencia en el resto de la sociedad. Del mismo modo que lo tienen si yo decido tener hijos. No hay nada que perjudique más al planeta que tener hijos, que es precisamente por quienes más necesitamos un planeta mejor. ¿Es aceptable que prohibamos tener hijos, en beneficio de todos? ¿O que sólo puedan tener hijos quienes corren más rápido, o quienes piensen más deprisa y mejor? ¿Debemos impedir que alguien exprese sus ideas en beneficio de la mayoría?

En todo este galimatías de preguntas y de dudas. ¿Qué es ser de derechas y de izquierdas? ¿Quien responde qué a cada pregunta? ¿Es la izquierda y la derecha una cuestión puramente económica?

Las preguntas son muy sencillas. Las respuestas son difíciles para mí. Es maravilloso que tengamos preguntas, aunque las respuestas no sean coherentes en muchos casos. ¿Qué es lo denigrante, que las mujeres estén vestidas con poca ropa en la parrilla de salida de la Formula 1 o que haya tantas personas que disfruten viéndolas así?