La Copa de España de Energías Alternativas se ha corrido en 2017 bajo la modalidad de rallyes de regularidad. La última prueba del año se ha disputado en Plasencia los días 17 y 18 de noviembre. Laura Martín y yo hemos participado también en esta última prueba y lo hemos vuelto a hacer mal. Lo hemos hecho peor de lo que yo esperaba. Mucho peor de lo que yo esperaba. Pero hemos aprendido más de lo que esperaba. Y hemos aprendido porque al final del rallye hemos ido a entrenar con los recién coronados campeones de España.

Los rallyes de regularidad son pruebas que se disputan en carretera abierta y constan de tramos de enlace y tramos cronometrados. Igual que los rallyes de velocidad, pero sin tramos cerrados. Unos días antes de la salida del Rallye, el organizador publica las velocidades por las que hay que pasar en cada tramo. Cada tramo puede dividirse en varias zonas. En los que yo he corrido, lo habitual es arrancar los tramos a 49,9 km/h. Luego la velocidad puede bajar a 40 km/h durante 4 kilómetros muy enrevesados y posteriormente reducirse a 30 km/h para atravesar las calles estrechas de un pueblo. A la salida del pueblo puede que haya que cambiar de nuevo a 49,9 km/h durante 10 kilómetros y luego de nuevo a 45 km/h por el motivo que sea o porque así lo decide el organizador. en fin, que a diferencia de los rallyes de velocidad, en los de regularidad no hay que matarse a correr, no gana quien va más rápido, sino quien va más regular, quien mantiene constantemente la velocidad establecida para cada sector de carretera.

El organizador te mide el tiempo de paso en algunos puntos puntos del tramo. Entre dos y 15 puntos de medición suele ser lo habitual y son secretos para los participantes. En esos puntos de medición, tienes que pasar al segundo y a la décima exacta que corresponde en ese punto del tramo, hábida cuenta de todas las velocidades medias de las que se compone el tramo.

Este es un ejemplo de las medias de velocidad estipuladas por los organizadores para el segundo tramo del IX Eco Rallye Vasco Navarro que se ha disputado este año.

 

Con estas medias de velocidad, se puede calcular cada segundo cuantos metros hay que recorrer. En el Vasco Navarro te daban estas tablas en las que te decían cuantos segundos y cuántas décimas tenías que haber consumido al pasar por cada doscientos metros del tramo cronometrado. Con estas tablas y un cuentakilómetros preciso, se puede participar el rallye y obtener un resultado digno.

Pero hoy en día hay unos aparatos que miden las vueltas de las ruedas y que informan con mucha precisión de los metros recorridos. Estos aparatos te chivan además si vas más rápido o más despacio de lo que tienes que ir y cuántos metros por detrás o por delante. Es decir, si el aparato está bien calibrado y si eres capaz de obedecerle fielmente, en teoría no deberías penalizar ni una décima de segundo en todo el rallye.

La realidad no es tan sencilla. Calibrar el aparato con precisión no es posible siempre, porque para establecer el rutómetro primero ha tenido que pasar alguien a medirlo y nunca sabes cómo ha trazado las curvas esa persona que ha medido, si ha ido más abierto o más cerrado en las curvas, si ha cortado más o menos las curvas, si llevaba unos neumáticos que se deformaban más o menos que los tuyos con el calor y el aumento de presión… en definitiva, que durante todo el rally es imprescindible ir recalibrando el aparato para ajustarlo a las medidas que el organizador da en cada tramo, tanto de enlace como cronometrado.

Este es un ejemplo del libro de ruta que el organizador entrega a los participantes unas tres o cuatro horas antes de arrancar la prueba:


Los alfileres blancos que aparecen en cada viñeta reflejan el punto exacto donde el organizador ha medido la distancia que aparece reflejada en la columna de la izquierda. Por ejemplo, en este tramo, en el punto kilométrico «7» de la carretera «BU-742» teníamos que llevar exactamente 5615 metros recorridos. Si los aparatos de medida no dan esa cifra, hay que ajustarlos, porque de lo contrario están midiendo de forma diferente a como ha medido el organizador y por tanto es seguro que en todo lo que resta de tramo penalizaremos por falta de precisión, por muy hábil que sea el conductor y obedezca fielmente las órdenes de sus aparatos. Si los aparatos miden mal, las órdenes que den serán erróneas.

Pues bien, con toda la teoría bien aprendida, hemos salido al rallye de Plasencia con el objetivo de ganar. Ese es siempre nuestro objetivo, aunque no sea realista. Y empezamos cumpliendo nuestro objetivo a rajatabla. Vean las penalizaciones de los primeros controles de paso hasta el kilómetro 11. Estábamos clavándolo.

Pero en el kilómetro 11 nos perdimos y perdimos tanto que ya perdimos todas las opciones a luchar por ningún puesto destacado. Aun así el rallye tenía mucho interés, porque Laura y yo queríamos ganar, pero ese no era nuestro principal objetivo. Nuestro principal objetivo era aprender.

¿Por qué nos perdimos? Principalmente, porque somos unos brutos. Porque visto ahora, sentado delante del ordenador, tengo clarísimo que no es tan difícil. Pero tenemos tanta ansiedad, hay tanta información que tienes que asimilar, tenemos tan poca costumbre, nos fiamos tan poco de nostros mismos, que acabamos perdiéndonos. Al día siguiente, en el que sólo teníamos un objetivo, «no perdernos», nos volvimos a perder.

Y nos volveremos a perder alguna vez más, pero sé que es poco probable que volvamos a perdernos. Porque entrenaremos para no perdernos y porque al terminar el rallye fuimos con Pilar Rodas y con Txema Foronda a recorrer juntos de nuevo el primer tramo, para que nos enseñaran. Y amablemente (amablemente es un adverbio absurdo para este caso. Lo suyo no es amabilidad. Lo suyo es otra dimensión) se vinieron con nosotros a enseñarnos. Y aprendimos mucho.

Pilar Rodas y Txema Foronda han ganado la Copa de España de Energías Alternativas 2017 para la categoría de vehículos híbridos en este rallye. Y en lugar de mandarme a freir espárragos (o a realizar cualquier otra actividad menos productiva) cuando les dije que nostros íbamos a repasar el primer tramo, si se querían venir para enseñarnos, inmediatamente dijeron que sí y nos contaron todos los detalles de cómo lo hacen ellos dos. Laura se fue con Txema en el coche y yo con Pilar. Llevar a la recién coronada Campeona de España en el asiento de la derecha me daba respeto. Pero Pilar me dio caña y me dijo cómo tenía que colaborar yo con «la copi». «No puede quedar todo en manos del copiloto y que el piloto se dedique a conducir. Eso no puede ser» me dijo Pilar.  Así es como lo hacíamos nosotros.

Entrenar con los Campeones de España ha sido un lujo infinito. Vimos dónde nos equivocamos y por qué nos equivocamos. No sólo esta vez, sino muchas otras veces antes y después. Lo tenemos claro. No volverá a ocurrir. O no regularmente al menos. Porque Laura y yo también somos campeones en regularidad. En la regularidad con la que nos perdemos. En Plasencia nos perdimos, en mayor o en menor cuatí en todos los tramos salvo en el último. Una regularidad pasmosa.

Pilar y Txema han hecho dos últimos rallyes espectaculares, tanto en Coruña como en Plasencia. ¡¡Muchas felicidades Campeones!! (Y un millón de gracias por toda vuestra ayuda desde el primer día que aterricé en este mundo. Gracias a vosotros y a A.O.AZKONDO en el Rallye de Castellón, he acabado cuarto en la Copa de España 2017 🙂 El año que viene intentaremos mejorar este cuarto puesto, pero no sé si va a ser posible. Aunque nuestra intención es ganar. Si no nos perdemos, será menos difícil.