El acrónimo habitual de la Real Federación Española de Automovilismo es FEA. Yo la conocí como FEA, en su logotipo se lee FEA (La R de Real no aparece por ningún lado) y cuando oigo hablar a colegas especializados en deporte, se refieren a ella como FEA. Al principio, en mi adolescencia, me sorprendía que se hubiera elegido un acrónimo tan FEO.

En la actualidad, el acrónimo ya no es FEA. La Federación se refiera a si misma como R.F.E. de A. Se nota que han tenido cuidado para no poner RFEA.

A lo de FEA me acostumbré. Ya no me suena mal. A lo que no me acostumbro es a la fealdad organizativa.

En su página web, la Federación convocaba para ayer jueves a una jornada de karting en la que «Pedro de la Rosa, Carlos Sainz, Luis Moya, Ángel Burgueño, Javi Villa, Adrián Vallés, Máximo Cortes, Álvaro Barba, Carlos Sainz Jr. y mucho otros pilotos del más alto nivel del deporte de las cuatro ruedas, nos ofrecerán una exhibición de sus habilidades y compartirán su experiencia al volante con todos los aficionados y medios de comunicación que quieran acompañarnos.»

Acudí, animado, para contar en este blog las habilidades de los pilotos, hacerles fotos, verles sobre los karts en la «espectacular pista» y disfrutar del espectáculo. Menudo disparate.

Me creí (la culpa es mía, después de tantos años) que la pista sería espectacular. Nuestros pilotos, con unos palmarés impresionantes, se lo merecen. Pensé que iba a ser un circuito cuidado, serio, casi como los de las carreras indoor que se disputaban hace años en Francia, con nombres inolvidables de la historia de la Fórmula Uno. La FEA convoca respaldada por los nombres de Carlos Sainz y de Pedro de la Rosa. Será un acto impresionante.

Soy un inocente. La pista era de patio de colegio, con un trazado de broma, protecciones ridículas y asfalto imposible. Los karts, de alquiler, lentos incluso para cualquier aficionado a los karts.

Los pilotos más jóvenes, con mono y casco, se subieron a los karts a fingir unas vueltas. Iban muy despacio y se dejaban pasar unos a otros.

Cuando acabaron los jóvenes, Carlos Gracia, el Presidente de la Federación, todavía se creía que Carlos Sainz y Pedro de la Rosa se iban a montar en los karts y les insistía para que se subieran. Carlos Sainz se le reía en la cara y no daba crédito a que el Presidente de la FEA le estuviera proponiendo en serio subirse a un kart, con un casco, de los de alquiler, que le ofrecía.

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Mientras el Presidente intentaba sin éxito que Carlos Sainz se pusiera el casco «con el traje y la corbata, qué más da» (uno se pregunta de qué cree el Presidente que le puede servir a la Federación que Carlos Sainz y Pedro de la Rosa hagan el ridículo frente a tantas cámaras de TV) algunos de los otros pilotos invitados se pusieron el casco, de forma ridícula, con un chaleco protector sobre la camisa y la corbata.

A esas alturas, Pedro de la Rosa ya había desaparecido. Lo mejor, ante un panorama tan indigno, era desaparecer cuanto antes. Qué pena. Reunir a esos grandes deportistas, que tienen tanta capacidad de convocatoria, y utilizarlos para un acto tan cutre.