Sara Carbonero (Sí, sí, Sara Carbonero, aquí también hablo de Sara Carbonero. Estoy echado a perder) ha presentado el Fútbol Focus Challenge. Un Desafío para ver quién sabe más de fútbol y para ganar un Ford Focus y unas entradas para la final de la vieja Copa de Europa de Fútbol, la Champions, en Wembley. El concurso está a punto de empezar en esta página: www.futbolfocuschallenge.com (El día que empiece aviso. De momento vayan preparándose y estudiando)

De momento y como todavía no ha empezado, les hablo de Sara Carbonero, que la vi la semana pasada antes del sobresalto de la velocidad. Como he podido verla de cerca, escuchar sus respuestas a los periodistas, ver cómo se mueve, escuchar a las personas que le gestionan la agenda… se lo cuento para su conocimiento.

Además de contárselo les muestro muchas de las fotos que le hicimos. No es la primera vez que les muestro aquí chicas guapas. En otra ocasión, publiqué fotos de Paloma Lago. Hoy toca de Sara Carbonero. Habrá más.

Oí a todo el mundo quejarse de Sara Carbonero en la presentación. «¡Qué sosa!» era la expresión más frecuente. No sé qué esperaban. Debe ser difícil ser Sara Carbonero. Mantener la distancia adecuada para que se respete tu profesión de periodista y, a la vez, presentarse como figurín para anunciar un concurso de una marca de coches.

Cercana y lejana, distante y cordial, todo a la vez, no puede ser fácil. La solución podría consistir en no prestarse a estos contratos publicitarios, pero tampoco debe ser fácil decir no al muchísimo dinero que se mueve en estos asuntos.

Me decían que da esa imagen porque tiene poca facilidad de palabra improvisada y de expresión. Me parece una maldad precipitada. Que hace muy bien su trabajo cuando tiene escrito lo que debe decir, pero que no es capaz de juntar las palabras sin guión escrito. A mí, en cambio, me parece que respondió correctamente a las preguntas que le formulamos los periodistas (por llamar de alguna forma lo que formulamos y el trabajo que desempeñábamos los allí presentes). No fue cercana, ni dicharachera, ni cálida.

No me extraña que no lo fuera. Quizá Ford, que le debe haber pagado un dineral, desear una respuesta «más profesional» (quizá no, me lo invento) acorde al contrato firmado (que ni he visto ni veré nunca). Pero cuando una marca contrata a alguien, no le puede obligar a ser buen actor o buena actriz, a ser soso o amable. Uno contrata, pone unas obligaciones medibles y quien acude puede limitarse a cumplir escrupulosamente el contrato. Si la respuesta no es la esperada, los contratos decrecerán. (Quizá sí fue la respuesta esperada para Ford. A quienes oí quejarse era a los periodistas, que se ponían en la piel de Ford, con muy buena intención)

Sara Carbonero estaba guapa. Noelia Sánchez, de km77.com, que me acompañó e hizo la foto con el mejor barrido de la tarde (la última foto de las que publico a continuación), lo confirma. Yo no sabía si era guapa o no, pero en las fotos de mi camarita la encuentro guapa. Educada y, ni cercana ni distante de la muerte.

Siempre me ha intrigado saber cómo se debe sentir una persona a la que le pagan por hacer lo que hizo Sara Carbonero la semana pasada. Le pagan para que su cara y la imagen de Ford aparezca en muchos sitios. (Por ejemplo aquí). ¿Por qué sale la cara de Sara Carbonero aquí? ¿Por qué motivo los lectores de los medios de comunicación quieren ver su cara? ¿Por su guapeza? ¿Por qué quieren conocerla y pedirle un autógrafo, o un saludo o una foto? No sabré nunca de dónde sale esa emoción de las personas por juntarse con un famoso. Yo también la siento. No sólo la siento, sino que quiero ser su chófer para contárselo aquí. Adivino que con Sara Carbonero no lo conseguiré nunca. O no mientras ella o yo estemos físicamente en condiciones de realizar ese reportaje.

Espero que disfruten de las fotos. Quizá les dé pereza ver sus fotos. No sigan. Las publico porque me da pena tenerlas almacenadas en la cámara y no enseñárselas. Es la chica de moda. Me sé su nombre y que es novia de Iker Casillas hasta yo hasta yo. Si prefieren que no se las enseñe, díganmelo (ya saben que yo luego haré lo que me parezca).

Sara Carbonero

Sara Carbonero

Sara Carbonero

Sara Carbonero

Sara Carbonero

Sara Carbonero

Sara Carbonero

Sara Carbonero

Sara Carbonero

Sara Carbonero

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Sara Carbonero

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Sara Carbonero

Sara Carbonero

Sara Carbonero

Sara Carbonero

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