El lunes cené con el vicepresidente de Lexus Europa, Andy Pfeiffenberger, durante la presentación a la prensa del Lexus RX 450h. Fue una cena muy entretenida. Hablamos de economía, cómo no, de política, de Obama y Sarkozy, de ciudades y de culturas. Andy Pfeiffenberger nació en Estados Unidos, ha vivido en Japón, está casado con una japonesa, con la que habla en japonés, ha sido vicepresidente de Toyota Rusia y ahora es vicepresidente de Lexus Europa y vive en Bruselas.

Algunos apuntes de las cosas que dijo:

—Tener es una carga. Yo nunca he comprado una casa.

—Los descuentos para vender más coches son muy perjudiciales. Sirven para una táctica a corto plazo pero no para una estrategia a largo plazo. Con los descuentos se devalúan los coches de los clientes que los compraron con anterioridad. Los buenos clientes, los que pagaron por el coche el precio estipulado, son los más perjudicados por estas medidas. A largo plazo, una marca paga muy caro tratar mal a sus clientes. Prefiero vender menos ahora y tener una visión a más largo plazo.

—Las fricciones políticas son sanas. De las fricciones, siempre que no sean violentas, surgen ideas interesantes. Las minorías son decisivas en muchos países. No tiene por qué ser perjudicial que sea así.

—Sentirse europeo no debe significar renunciar a las raíces culturales de cada pueblo. Cada personas es cómo es por su cultura. Y lo importante es cada persona, su diferencia, sus relaciones cercanas. Si se pierde esa diferencia entre unos y otros se pierde la mayor riqueza de Europa.

—Mucha gente sufrirá intensamente a causa de esta crisis económica. Eso es muy negativo. Pero la crisis es muy buena, porque significa un regreso a la realidad.

—Moscú es una ciudad maravillosa, llena de actividad. Los rusos, que tienen un aspecto arrogante y orgulloso, son cálidos y viven atentos a aspectos importantes, como la relación cercana con las personas queridas. Me gusta mucho Moscú y sus gentes. Es una ciudad completamente diferente en invierno y en verano, muy agradable en las dos estaciones, aunque en la calle haya una atmósfera de tensión y hasta violencia.

—Me gusta lo que dice Obama, pero todavía tengo que descubrir si es naíf o podrá sostener y llevar a cabo lo que propone. Los grupos de presión son muy fuertes en Estados Unidos.