Ciclismo con ciclistas profesionales

Los señores de Ford y los de la Real Federación Española de Ciclismo (Patrocinada por Ford) me han prestado la bicicleta, la indumentaria y los compañeros de carretera. Entre ellos Miguel Induráin. Hemos recorrido 46 kilómetros en la provincia de Segovia, entre Torrecaballeros y Turégano, ida y vuelta. Tengo el orgullo de que no he dejado que Induráin me adelante. Que me haya pasado, zas, como un tren de alta velocidad, es otra cuestión. No me ha adelantado una, sino varias veces. No sólo me ha adelantado, también me ha ayudado. Miguel Induráin me ha empujado en un repecho, mientras iba de paseo hablando con el seleccionador de la Federación.

— ¡Con motor es mucho más fácil! — me dice.

Lo más increíble de Miguel Induráin, todavía más que sus piernas, es su enorme sonrisa con sus dientes blancos. Se ha pasado el día sonriendo, amabilísimo con todos los periodistas, cordial y cercano. Ha venido con su hijo, de 14 años, que también me ha pasado como un obús.

Miguel Indurain

Después de la ayuda de Induráin me he puesto a su rueda. Me ha protegido del viento durante más de cinco kilómetros. Él iba conversando, despacio, yo saboreando cada segundo a su rebufo. Cinco kilómetros pedaleando detrás de uno de los mejores deportistas de todos los tiempos.

He compartido carretera con Miguel Induráin, igual que corrí hace varios años el Tour de Francia con él. Él en la bici, subiendo el Tourmalet, yo delante del televisor empujándole con todas mis fuerzas, sentado en el sofá. Hoy ha sido en el mismo lado de la cámara.

En el último repecho, de regreso en Torrecaballeros, me ha vuelto a adelantar. Al pasar a mi lado lo ha retransmitido mirándome con la enorme sonrisa que no le cabe en la cara.

— ¡Ataque de última hora! —como si supiera que yo no le dejaba pasar. Y lo he perdido en pocos segundos.

He acabado los 46 kilómetros, con sus subidas y bajadas, gracias a que varios ciclistas profesionales del equipo nacional y otros ciclistas ex profesionales me han ayudado en las subidas. Miguel Induráin me ha dado un empujoncito, pero los otros ciclistas me han ayudado, en una ocasión varios cientos de metros.

— ¡Vamos a llegar hasta arriba! —Creo que era Francisco José Ventoso el que me empujaba, pero no tenía fuerza ni para mirarle. A ratos me empujaban entre dos.

— ¡No jodas!

— ¡Claro que sí!

— ¿Vosotros llegáis? Sois quienes hacéis todo el esfuerzo.

— Nosotros sí. ¿Y tú?

— Si seguís ayudando creo que sí.

— Pero tú tienes que seguir dando pedales.

Las ayudas que me dan funcionan de forma sorprendente. Ellos hacen su trabajo y parte del tuyo. Apenas se nota presión en la espalda, pero cuesta mucho menos pedalear. En ocasiones me suben tan rápido que tengo que poner un piñón menos para que me lleguen las piernas a la velocidad que requiere los pedales. En un momento he pensado que no llegaba hasta arriba, pero he llegado.

Ivan Millán, mecánico de la Federación Española de ciclismo mide la bicicleta.

Tan inolvidable ha sido el día que he decidido comprar la bicicleta con la que he corrido. Un bicicleta nueva que me ha preparado Iván Millán, que nos ha adaptado la bicicleta a todos. Soy demasiado bajo para una bicicleta nueva e Iván le ha cortado la tija para que llegara. Desde el sillín al eje de los pedales tiene que medir lo mismo que la parte interior de la pierna. Iván nos ha atendido a todos los periodistas con el mismo cariño con el que nos han atendido los ciclistas. Me ha sorprendido la amabilidad con la que nos han tratado, su sencillez. Ni sombra de endiosamiento. Al estar con ellos se me ocurre comparar automáticamente con el comportamiento de otros deportistas.

Iván Millán sierra la tija

He decidido comprar la bici. He decidido comprarla y le he pedido a Miguel Induráin que la firmara. No la he comprado para quedármela yo.

Miguel Indurain firma la bicicleta

Se me ocurre un par de cosas para hacer con ella. ¿Me dan ideas?

Induráin nos ha firmado también el casco a todos los periodistas que se lo hemos pedido. Me ha preguntado a quién se lo dedicaba. Le he dicho que a km77.com.

— ¿La página web de coches? La conozco. Me la enseñó un comercial de un concesionario. Desde entonces, la miro.

¿Necesitaba algo más?. Además de su cordialidad, de ayudarme en los repechos y de adelantarme como un disparo, es lector de km77.com.

Bicicletas preparadas

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Publicaré fotos mucho mejores. Iluso de mí me he llevado la camarita en la bici. No he podido hacer ni una foto. No era capaz de soltar las manos del manillar. En las fotos en el interior de los edificios no he querido utilizar el flash para no molestar. El resultado ha sido malo. Publicaré fotos buenas, hechas por fotógrafos profesionales, contratados por Ford y por la Federación en los próximos días.

Agradezco a Ford que me dé la oportunidad de hacer estos reportajes. (Mis piernas no lo agradecen)