Hace unos días hablaba con un periodista que estaba interesado en colaborar con un blog propio dentro de estos blogs de km77.com. Es un periodista que tiene algunas cualidades y conocimientos que pueden aportar valor a estos blogs. Negociábamos una forma de remuneración, compuesta de un fijo y de un variable, en función de la publicidad que entrara en su blog.

No voy a entrar en detalles concretos porque fue una conversación privada que tengo que respetar. Pero sí puedo poner ejemplos para que se entienda el asunto. Supongamos que quisiera hacer un blog sobre relojes. Pues bien, él proponía que en la información de las marcas de relojes que pusieran publicidad nos extendiéramos más que en la del resto de marcas. Un ejemplo concreto sería: Al hablar de un reloj de las marcas que pusieran publicidad, podríamos añadir, además, información completa de toda su gama de relojes, con un enlace.

Yo le decía que no. Que la información completa de toda la gama de relojes no puede depender de que una marca ponga o no ponga publicidad, sino de nuestro criterio periodístico. Cuando él considerara que es interesante poner información de toda la gama, habría que ponerla, y cuando no le pareciera, no habría que ponerla, independientemente de si una u otra marca ponía publicidad.

— Pero es que esta información que yo voy a poner es interesante para el lector
—argumentaba.

— Muy bien, pues si es interesante para el lector la tenemos que poner, independientemente de que paguen o no.

— Pero es que no tenemos tiempo para poner todo lo que es interesante. Por eso le dedicamos más tiempo a quienes nos pagan.

— Nuestras prioridades informativas no pueden depender de que unos paguen o no. Como periodistas, no podemos dedicarle más tiempo a una marca que pague, por el hecho de pagar. El tiempo lo tenemos que administrar basándonos en el interés para los lectores.

Su respuesta fue:

— Te agradezco estas lecciones de periodismo, pero…

No le dejé continuar.

— Lo que yo te estoy diciendo no es ninguna lección de periodismo. Lo que te digo es una lección de negocio, de cómo enfocamos el negocio en esta casa. Cada uno puede hacer lo que quiera con su negocio. En esta casa el periodismo lo hacemos así.

El día que tomé la decisión de que en km77.com la información no iba a depender nunca de la voluntad del anunciante, no seguí criterios morales o estéticos, sino criterios de negocio. Muy posiblemente tomé esta decisión porque yo no sería capaz de hacerlo de otra manera, pero esa es una contingencia irrelevante para el discurso (no para el negocio). Yo estoy convencido de que el negocio, a largo plazo, funciona mejor con un periodismo independiente, basado exclusivamente en el criterio periodístico de buenos periodistas.

Es cierto que en este negocio, planteado como lo tenemos, los márgenes son pequeños y los sueldos de los periodistas que trabajamos en él necesariamente ajustados a lo que da el negocio así planteado. Es posible que si, durante un tiempo, aceptas condicionar la información a la voluntad de los anunciantes, sea posible ganar más dinero y mejorar los sueldos. Pero nosotros tenemos voluntad de mirar al largo plazo. Los motivos son muchos. Uno de los principales es que muchas de las personas que trabajan en km77.com son muy jóvenes.

Muchos periodistas, durante muchos años, han tenido sueldos más elevados de lo que permite el negocio de la información en la actualidad, sea por las causas que sea. Debemos tener claro que no hay ninguna condición en el ambiente que nos garantice a los periodistas mantener un determinado nivel salarial.

Debemos tener claro que si enfocamos nuestro esfuerzo en mejorar los salarios a corto plazo y para ello cedemos a las condiciones de los anunciantes, podemos poner en juego el futuro de nuestro trabajo. Los lectores no somos tontos (los que trabajamos en periodismo también somos lectores) y nos damos cuenta de qué informaciones son fiables y cuáles no. Las reglas son sencillas de seguir, aunque en ocasiones la visión del dinero a corto plazo nos haga pensar que si renunciamos a él vamos en contra del negocio. En nuestro caso tenemos claro que debe ser todo lo contrario. Renunciar al dinero a corto plazo que impone condiciones en el tratamiento de la información es nuestra apuesta de futuro.

Existe la posibilidad de que nos equivoquemos. De que nuestra visión del negocio sea errónea. En ese caso desapareceremos, habremos aprendido mucho y buscaremos otra forma de sustento. Nada indica que vaya a suceder, pero es posible.

Interesante entrevista sobre periodismo y negocio, en el diario El País, con Giovanni di Lorenzo, director del semanario alemán ‘Die Zeit’.