Los Mazda CX-5 con motores Diesel fabricados entre el 26 de enero de 2012 y el 19 de enero de 2013 pueden presentar un problema que Mazda soluciona de forma gratuita en toda su red de talleres oficiales. En España se han vendido 1214 unidades del Mazda CX-5 fabricados en ese periodo.

Según me han informado en Mazda España, el problema consiste en un error de medición de la cantidad de gasóleo presente en el aceite del motor.

Mazda España no avisa a los propietarios de esos coches. Considera que la posibilidad de que se presente el problema no significa que el coche esté averiado. Su modo de actuación consiste en reparar gratuitamente todos los CX-5 afectados que pasen por los concesionarios oficiales, sea por el motivo que sea, pero no avisa a los propietarios. «No se trata de una avería —me aseguran en Mazda—. Ningún propietario va a tener problemas con sus coches, porque en el caso de que la cantidad de gasóleo presente en el aceite sea excesiva, siempre se les encenderá un chivato en el cuadro de instrumentos que les avisará de la necesidad obligatoria de revisión«.

Yo, a diferencia de Mazda, prefiero avisar preventivamente a todos los lectores de km77.com. Si tienen un Mazda CX-5 Diesel, acudan a un concesionario oficial de Mazda. Si es una de las unidades afectadas, le sustituirán gratuitamente la varilla de medición del nivel de aceite y le actualizarán el software que gestiona la inyección de gasóleo. La nueva varilla no va a suponer ninguna mejora para el funcionamiento del motor, pero es de suponer que el nuevo software sí debe suponer una mejora. Si se lo actualizan gratuitamente, nadie debiera perdérselo.

Para entender bien la cuestión, tengo que explicarla desde el principio.

Para cumplir con la legislación, los coches Diesel tienen que llevar un filtro de partículas que retienen las «partículas negras», un residuo de hidrocarburos más quemados que se produce por la combustión del gasóleo en los motores de automóvil.

Cada cierto tiempo, cuando los filtros están muy llenos, es necesario quemar las partículas. Hay varias técnicas para quemar estas partículas, pero la más extendida consiste en realizar inyecciones de gasóleo en el motor, después de la combustión en cada cilindro, para que ese gasóleo sin quemar llegue al filtro de partículas, donde al quemarse hace que eleve la temperatura y se quemen las partículas que hay en su interior. La cantidad de gasóleo que se puede inyectar después de la combustión (postinyección) depende de cada modelo, pero puede ser superior a medio litro durante el proceso de quemado de las partículas.

Pues bien, parte de este gasóleo que se inyecta en los cilindros y que teóricamente sale expulsado por el escape hacia el filtro de partículas, pasa a través de las paredes del cilindro al carter del motor y diluye el aceite. En teoría la cantidad de gasóleo que pasa al aceite es muy pequeña, pero en coches que realizan trayectos cortos en frío y poco más, el filtro de partículas se llena con rapidez y el proceso de limpieza se tiene que efectuar con alta frecuencia, por lo que la cantidad de gasóleo que pasa a aceite puede ser considerable.

Este proceso se da en todos los motores con filtros de partículas que utilizan la postinyección de gasóleo para su limpieza. De lo que no tenemos información es de cuánto gasóleo se filtra hasta el cárter motor y cuánto se diluye el aceite en cada caso. Ningún fabricante da esa información.

En el caso de los Mazda CX-5 Diesel, en los que todo este proceso está previsto, un chivato en el cuadro de instrumentos avisa de cuándo existe una cantidad excesiva de gasóleo en el aceite del carter. El sistema mide ese nivel de gasóleo de varias maneras, me aseguran en Mazda. Me han explicado dos. Una de ellas es mediante sensores físicos: Cuando el nivel de «aceite» (aceite más gasóleo) supera una cota determinada, el chivato avisa. Otro sistema de cálculo consiste en medir la cantidad de «postinyecciones» de gasóleo que se han producido con un mismo aceite. Pasado determinado número, el propio sistema avisa para la revisión.

Debido al incremento del volumen de líquido presente en el cárter del motor por la presencia del gasóleo, la varilla del aceite de estos coches tienes tres marcas. Una marca en la parte inferior de la varilla que señala el nivel mínimo de lubricante. Por debajo de ese punto hay que rellenar con el aceite recomendado. Una marca superior, que indica el nivel máximo de aceite que hay que poner en el coche cuando se introduce lubricante.  Y por encima de esas dos hay una tercera marca, en forma de x, que es el punto máximo que no debe rebasar el nivel de aceite más gasóleo.

Pues bien. En los Mazda CX-5 fabricados durante el periodo indicado al principio, lo que ocurre es que se han detectado casos en los que el nivel de líquido lubricante (aceite + gasóleo) sube por encima de esa aspa (x) y el chivato del cuadro de instrumentos no alerta de que se ha pasado el límite máximo. Según Mazda, eso no supone ningún problema, porque mientras el chivato no se encienda, la composición del lubricante no resulta perjudicial para los componentes del motor.

Tanto es así, según Mazda, que en la revisión gratuita, la nueva varilla, la que sustituye a la que viene de serie, tiene el aspa situada más arriba que en la otra, para permitir que el nivel del lubricante suba más que en la varilla anterior sin alertar al conductor del coche.

Si cuando se enciende el testigo en el cuadro el propietario no lleva el coche al taller, el sistema de control del coche empieza a funcionar en modo emergencia y reduce la potencia del motor para que no se produzcan daños.

Sobre la actualización del software en Mazda España no me han sabido dar muchos detalles. Me han asegurado que sirve para sincronizar los avisos con el nivel de lubricante marcado sobre la varilla y, probablemente, para modificar la lógica de las postinyecciones.

En Mazda no me han asegurado con certeza absoluta qué pasaría si algún propietario cambia el aceite por su cuenta o en un taller que no tenga acceso al sistema de diagnosis de Mazda cuando se enciende el piloto. Es probable que el piloto se apagara, pero al no informar al sistema de que se ha producido un cambio de aceite, el módulo de control haría sus cuentas sobre la base de que se trata de un aceite antiguo, por lo que probablemente el testigo se volvería a encender transcurrido poco tiempo.

En Mazda consideran que la dilución del aceite en gasóleo es un proceso perfectamente normal y que sus motores están diseñados para que esa dilución no genere ningún problema. Salvo si se enciende la luz en el cuadro, que el nivel de aceite suba por encima del nivel máximo de relleno tampoco supone ningún problema. La reparación gratuita se produce únicamente por el desfase entre la marca de la varilla y el aviso y por una actualización del software que permite un mejor control de los procesos.

Mazda España no considera que deba aumentar el tiempo de garantía sobre los motores porque todo es perfectamente normal y no necesita buscar modelos que incrementen la confianza de sus clientes, porque se trata de un incidente menor.

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P.D. No tengo capacidad ni para rebatir ni para confirmar las respuestas que Mazda ha dado a mis preguntas. En una primera frase me dieron unas respuestas que consideré insatisfactorias y al repreguntar me han puesto en contacto con el director de posventa, un responsable de atención al cliente y otro técnico que trabaja en Mazda España. Ahora, sus explicaciones me parecen coherentes.

Aun así, aunque Mazda decida no avisar a sus clientes para que acudan a la revisión gratuita, yo prefiero avisar a todos los lectores de km77.com y pedirles que difundan este aviso, porque todos los propietarios de los Mazda CX-5 con motor Diesel afectados pueden beneficiarse de una revisión gratuita y de la posibilidad de prestar mayor atención al cuidado del motor de sus coches.