El Think Blue World Championship 2012 es un campeonato abierto, en el que la inscripción no estaba limitada a propietarios de Volkswagen y al que en España llegaron a las fases finales de selección más de 100 inscritos. Antes de llegar a California, tuvieron que participar en unas pruebas realizadas en circuito y ganar al resto de competidores de su tierra. Como dije entonces, yo iba a acompañar al ganador de la prueba peninsular y aquí estoy, en California, con Carlos Muñoz y con su acompañante, Isabel González.

Participan 18 equipos de 16 países. Han venido dos equipos españoles, uno en representación de la península y territorios del Mediterráneo, y otro de las Islas Canarias. Yo los sigo a todos, pero desde la península he venido «en exclusiva para ellos» con el equipo formado por Carlos e Isabel.

Hoy este blog se convierte prácticamente en una revista del corazón para contar el viaje de esta feliz pareja al Think Blue Challenge 2012, en California. Porque sí. Porque se lo han ganado. (Tendrá un texto mejor o peor, pero las fotos son horrorosas. Mi cámara está para el arrastre. Lleva demasiado trajín. Tengo que encontrar 30 minutos para ir a comprar una nueva. No sé si seré capaz. Disculpas)

Los encontré por primera vez sentados ya en sus asientos del avión que nos llevaba hasta Chicago, pero no me atreví  a pedirles que se dejaran hacer una foto sentados en el avión, porque los acababa de conocer y no quería ser un «paparazzo» demasiado agresivo. La primera foto fue aquí, en el aeropuerto de Chicago.

En la puerta de embarque con destino a San Francisco

En el aeropuerto de San Francisco los recibieron así, en la sala de recogida de equipajes. En Europa los amigos, familiares y recepcionistas no pueden acceder a estas salas, que yo sepa. En San Francisco sí:

En el aeropuerto vi por primera vez un Jetta Hybrid, que me iba a llevar a mi solito al hotel. Ellos iban en otro coche, con Oliver, su acompañante, guía, cuidador, durante todo el viaje. A mí me llevó la chica. No le hice ni caso durante todo el viaje. Le pedí que me dejara conducir, pero no tuve éxito. Me dediqué a mirar el Jetta de arriba a abajo, a apretarle botones… Ella era muy simpática y no paraba de reír. Al abrir el maletero no me quedó más remedio que hacerle una foto. (Hablaré muy pronto largo y extenso de este coche. Prometido. Pero es que como decía un amigo mío, al que hace muchísimo que no veo, no me da la sisa).

En rel recorrido del aeropuerto al hotel no vi nada de San Francisco. Salvo esta foto que hice parado en un semáforo.

En la puerta del hotel me despedí de mi choferesa y de sus risas. Esta era la recepción en el Sheraton Fisherman’s de San Francisco.

Y esta en la habitación:

Con una buena cama para dormir el jet lag.

Tras el largo día de viaje, cuando los dedos de luz ya debían tintar de rosado las nubes sobre España (no me acuerdo de como describía Cervantes estas cosas del amanecer en el Quijote, pero por fuerza se tenía que parecer en algo a esto), la jornada terminó con una cena y el encuentro con los componentes de otros equipos.

Para terminar, les diré que la envidia del título es la mía. Me hubiera gustado participar en el Think Blue Challenge 2012, porque además estoy seguro de que tenía muchas posibilidades de ganar. Que se dispute con un coche híbrido me daría mucha ventaja, porque algo de experiencia tengo con estos cacharros. Pero lo cierto es que yo, además de asesorar a los participantes en las pruebas que se realizaron en España, para que aprendan a conducir con consumos reducidos, participé en las pruebas y no gané. No quedé ni primero ni segundo ni tercero. Quedé quinto. Quinto de 101, cierto, pero quinto. Cuatro lo hicieron mejor que yo.

Me esforcé por hacerlo bien, pero aparte de que siempre hay muchos factores que intervienen en estas competiciones (fundamentalmente la suerte con el tráfico cuando los recorridos son cortos, como sucedía en las pruebas en España), la realidad es que todos los que se presentan quieren ganar entre cien participantes hay que hacerlo muy bien todo para ganar.

Además, me queda la satisfacción de pensar que alguno de ellos lo ha hecho muy bien también gracias a que mis explicaciones eran buenas y le han sacado provecho. Más provecho que yo, que posiblemente sea mejor profe que conductor.

Les cuento todo esto, a quienes no participaron en el Think Blue Challenge en España y ahora se arrepienten, para que se acuerden de que participar no es garantía de nada. ¡Además hay que ganar al resto de españoles para llegar aquí! Eso es lo que hizo Carlos Muñoz, y por eso tiene el privilegio de participar en esta prueba.

Pero aunque participar no es garantía de nada, ¡si no se participa es imposible ganar!