Hasta ahora, el Mirai había sido un coche predecible. La única vez que nos dio un susto fue en una ocasión que un tornillo despedido por un camión que nos precedía rompió uno de los radiadores. Os iba a contar un poco acerca de ello en la tercera y última entrada de la serie “año y medio con el Mirai”, pero los hechos, las navidades y el trabajo se me han adelantado y prefiero contaros lo más actual primero. 

Un misterioso ruido 

Después de pasar unas semanas con la familia por Navidad y tener el coche parado unos días, Alba y yo nos percatamos que al poner el Mirai en marcha, se oye ruido resonante, como el que produce el aire al fluir por un tubo. Recuerda a un instrumento de viento de metal y es de tono grave. Parece provenir, ademas, de la parte frontal derecha del Mirai.

Además, la aparición de este ruido ha coincidido con la estación de lluvias, que se ha ido accentuando estas últimas semanas en las que estamos padeciendo en California el fenómeno atmosférico del El Niño.

El ruido desaparece tras los primeros instantes de funcionamiento y ya no vuelve a aparecer siempre y cuando el coche se ponga en marcha «en caliente» a lo largo del día. Al principio no le dimos importancia, ya que creíamos que podían ser los frenos que habían condensado algo de agua tras una tormenta. No obstante, a medida que hemos comprobado la reincidencia del fenómeno, hemos visto que incluso sin tocar los frenos el ruido se produce.

No soy ni mucho menos un experto en coches de hidrógeno, pero de acuerdo con el ruido que hace el coche y revisando un poco la lista de componentes del sistema, me aventuro a decir que podría ser algo relacionado con el compresor de aire. Este dispositivo se encarga de introducir aire en la célula de combustible. En el Toyota Mirai, se trata de un compresor del tipo volumétrico, que como su nombre deja entrever, fuerza el movimiento al aire cambiando el volumen de las cámaras de su interior. 

Izda: compresor del Aire Acondicionado
Dcha: compresor de la pila de combustible

Si bien aún no estamos preocupados, si estamos al tanto de su evolución, ya que prácticamente la mitad de las veces que lo arrancamos el ruido aparece.

Dentro de unos días tenemos que hacer al Mirai la revisión de mantenimiento igualmente y si por entonces la cosa no ha ido a más, lo comentaré en el taller para que busquen la causa de el ruido. 

Por el momento, la conducción no se ha visto afectada y el coche responde como siempre lo ha hecho. Os mantendré informados al respecto. 

Un surtidor congelado 

Como ya os comenté en el vídeo donde explico el proceso de carga del coche, el surtidor de hidrógeno tiende a quedarse congelado y gripado al conector del coche tras el reportaje.  

Tras algo más de dos años de estar a la venta, el Mirai está empezando a ser relativamente visible por las ciudades de la zona, y no es inusual encontrarse con otros vehículos de pila de combustible repostando a la vez.

El problema que esto conlleva —aparte de tener que esperar a los otros coches— es que la estación de servicio de Hayward parece tener una tendencia exagerada a que sus surtidores se queden agarrotados. Cuando se realizan sucesivos repostajes, algún mecanismo de la boquilla se congela y manda señal de error al compresor de hidrógeno, y la estación deja de abastecer.

Esto me ha pasado ya un par de veces en la estación de Hayward, en ambas ocasiones coincidiendo con esta época de lluvias, frío, y humedad. Las soluciones para no quedarse tirado en estas situaciones son varias: 

  1. Llamar al servicio de asistencia, que desbloquean la estación de combustible para poderla utilizar de nuevo. El problema que tiene esta opción es que el surtidor más utilizado —H70— muy probablemente se vuelva a agarrotar tras inyectar unos pocos gramos de hidrógeno. En todo caso, se pueden repostar algunas millas que puede salvar a alguien de un apuro y poder volver a casa.
  2. La otra opción es repostar H35 —esto es, con el surtidor de menor presión— que casi nadie utiliza, y por tanto difícilmente  se quedará agarrotado. Eso sí, al inyectar hidrógeno a menor presión, la cantidad repostada es la mitad que con el surtidor de H70, pero aún así se logra repostar hasta recuperar unas 130 millas de autonomía.
  3. En el peor de los casos, volver al día siguiente será suficiente: las estaciones suelen ser recargadas de madrugada, y un viaje a primera hora de la mañana es una garantía de encontrar la estación operativa. Para ello hay que anticiparse a los hecho y tener siempre una reserva de 50 millas disponibles para tener margen de seguridad.

Nueva estación  

Sin duda esta fue de los mejores regalos de las pasadas navidades. Hacia finales de diciembre, la estación de servicio de Emeryville, justo entre los límites de las ciudades de Oakland y Berkeley, empezó a dar servicio a particulares. 

No es una estación de nueva construcción. Construida en 2012 por Linde, estuvo operativa durante un breve periodo de tiempo abasteciendo una limitadísima flota de vehículos de prueba compuesta por Honda Clarity, Hyundai Tucson y Mercedes Clase B FCell para probar el concepto de movilidad por hidrógeno como prueba piloto en California. Durante este tiempo, también ha prestado servicio de forma continua a una flota de autobuses de hidrógeno que operan en las ciudades de Berkeley, Oakland y Alameda desde 2012. Dispone además de generación de hidrógeno renovable en la propia instalación para proporcionar al menos el 33% de estas características, de acuerdo con los mandatos de California.

Uno de los autobuses de célula de combustible de la compañía de AC Transit

Como curiosidad, la estación está situada justo en la puerta de atrás de los estudios de animación de Pixar, y a una manzana de la primera tienda Decathlon a gran escala que se inaugurará en EEUU. 

Pero para Alba y para mí, lo mejor de la estación de Emeryville es que: 

  1. Nos queda más cerca de casa y de camino a la ciudad, a unos 10 minutos.
  2. Tarda menos en repostar, aproximadamente unos 2-3 minutos en comparación de 5 minutos de la de Hayward. 
  3. No se agarrota el surtidor. ¡Qué pasada es poder retirar la manguera sin tener que esperar a que se descongele! Es casi como volver a los viejos tiempos de los coches de gasolina. 

En unos días llevaremos el coche a la revisión normal, os informaré que pasa con el tema del ruido. 

Y ya que antes hablaba de la Navidad, os propongo un acertijo. ¿Cómo metes un árbol de navidad en un coche sin asientos abatibles?

Abriendo las dos puertas, lo metimos en el coche por la puerta de atrás y fuimos maniobrándolo…
…hasta dejarlo bien colocado en el asiento delantero.

Continuará…