El coche que nos ocupa y del que soy propietario es un Fiat Bravo Easy GLP de 2014, que adquirí en  mayo de 2015 de KM0. En efecto, el coche era nuevo, no se había vendido y fue matriculado a finales de año. Llevamos juntos dos años, mientras escribo estas líneas, y casi 56.000km, todos, exceptuando unos (pocos) cientos, funcionando a gas.

Equipamiento:

La unidad que nos atañe se vendía como  Bravo Easy, y equipa una dotación en mi opinión más que destacable, incluyendo 7 airbags (tiene airbag de rodilla), ESP, Hill Holder, control de crucero, apoyabrazos central, radio usb con sistema manos libres Blue&me  y volante y pomo realizados en cuero, además de llantas de aleación que calzan unos Continental Premium contact, con medidas 205/55 r16, en mi opinión sobredimensionados para la potencia del coche.

La realización y los acabados fue una de las cosas, juntamente con el precio de adquisición, que me hizo decidirme por él, frente a opciones más modernas y/o potentes. Los ajustes y acabados son buenos, teniendo los salpicaderos rematados en un material blando en toda la parte superior, una tapicería bitono resultona y fácil de limpiar, plásticos duros con buenas terminaciones, un sistema de sonido con seis altavoces… Las puertas están forradas y acolchadas, así como el respaldo de los asientos traseros, y los mandos y las manecillas son sólidos y acabados en cromados.

Negativamente, destacaría los ajustes de la parte inferior de la consola central, que se mueven y crepitan si los apretamos firmemente, y la dificultad de lectura de los relojes, que tienen unas esferas demasiado profundas que te obligan a encender de forma permanente las luces de posición para que se iluminen en rojo, ya que si no, apenas se ven. Por lo demás, y quitando un “grillo” que se escucha y proviene del ajuste en altura y profundidad del volante, creo que la calidad está en la media o por encima de sus rivales en la clase C.

Datos técnicos:

El coche es un compacto de 5 puertas y 1280kg de peso según ficha técnica, que equipa un motor de 1.4 Fire (fabricado en hierro con culata de aluminio) y puede funcionar indistintamente a gasolina o GLP. El bloque es atmosférico, con 4 cilindros en línea y 16 válvulas, inyección multipunto (indirecta) y  eroga 90 caballos a 5500rpm y 128nm de par a 4500rpm.

Como particularidades decir que tiene los asientos de las válvulas reforzados (ignoro cómo se refuerzan, supongo que serán de una aleación más resistente), dos árboles de levas en cabeza mandados por correa y que emplea el sistema crossflow, de forma que admisión y escape están en puntos opuestos de los cilindros, lo que ayuda al llenado de los cilindros por la turbulencia que genera.

El kit de GLP viene instalado de fábrica, y es del fabricante Landi Renzo, que es uno de los más veteranos en este tipo de conversiones, tiene dos centralitas, una específica para el glp, y otra para la gasolina.

En cuanto a la autonomía, disponemos de dos depósitos de carburante, el convencional de gasolina, que es de 58 litros (aunque nunca lo he llenado), y el de GLP, que se ubica en el lugar de la rueda de repuesto, debajo el piso del maletero. En este caben 18kg de GLP, o lo que es lo mismo, 41 litros, de los cuales he conseguido llenar 38.89.

Está asociado a un cambio de seis marchas, que destaca por el buen tacto de la palanca y la suavidad con la que se acciona. La palanca no vibra y las marchas están bien sincronizadas (marcha atrás incluida), aunque adolece de unos desarrollos algo largos. Según mi punto de vista, hay un salto excesivo entre la segunda y la tercera marcha, dejándote en ocasiones el coche demasiado bajo de revoluciones. La quinta es de 31,7km/h y la sexta queda exclusivamente (con este motor) para llanear o para autopìstas y autovías fáciles, siendo de 37,1km/h. Para comparar, el mismo motor montado en un Fiat Tipo (propiedad de mi padre) y con llantas más grandes, (225/45 r17) circula en sexta a 120km/h a 3200rpm cuando mi Bravo a la misma velocidad arroja 3000rpm clavadas.

Impresiones del interior y vida a bordo:

Cuando subes al coche, lo primero que se percibe es que el puesto de conducción tiene el volante un poco más tendido, menos horizontal, que en otros coches. Esto, juntamente con la posición del pedal del acelerador, demasiado vertical, recuerda a modelos de Alfa Romeo (147), más deportivos. A mí me ha costado bastante encontrar una postura de conducción cómoda, pues me quedaba el embrague demasiado cerca si estaba a la distancia correcta del volante, pero gracias a los ajustes de altura del asiento y a la regulación en profundidad y altura del volante, es posible conseguirlo. Eso sí, me sigue pareciendo incómoda la verticalidad del pedal del acelerador, sobre todo cuando llevas conduciendo un buen rato, puesto que te obliga a llevar la pierna en tensión. Todo esto es fácilmente sobre llevable gracias al control de crucero.

Los asientos son muy cómodos, con una firmeza adecuada, y sujetan lateralmente lo suficiente en esta clase de vehículo sin dificultar la entrada ni la salida del vehículo. El volante es cómodo, tiene unas dimensiones adecuadas y se sujeta correctamente (quitando lo antes mencionado) y tiene los mil botoncitos (ocho) de rigor, que sirven todos para la radio y el blue&me.

Siguiendo con el puesto de conducción,  está bien resuelto, casi todos los indicadores y interruptores están a la vista y son fácilmente accesibles, quitando el botón para encender el aire acondicionado, que está colocado en una posición muy baja que obliga a apartar la vista de la carretera.

Otro factor que incide positivamente en la comodidad es el silencio de marcha. El coche está bien aislado, y se oye poco ruido aerodinámico o de rodadura, aunque en parado si se escucha de fondo el motor, cosa que en muchos coches “de ahora” no se oye. Todo esto es sin las barras de techo, que yo siempre llevo (las oficiales de Fiat para este modelo) y que  debo decir que generan muchísimo ruido a más de 100km/h, seguramente debido al diseño del pié, muy ancho en la base.

Tiene detalles cuidados, como pueda ser la los puntos de luz en las plazas delanteras y traseras, que son independientes y que además, se encienden y se apagan solas, al abrir y cerrar respectivamente el vehículo, así como cuando encendemos y apagamos el motor.

Si salimos del vehículo y lo cerramos, se apagan todas las luces, tanto las del interior como el alumbrado, de forma que es bastante difícil quedarse sin batería por un descuido del conductor.

Además, la debajo del reposabrazos delantero hay una pequeña guantera refrigerada, en la que cabe una botella de 50cl, y un compartimento superior desplazable, en el que meter monedas para que no queden a la vista.

El sistema de sonido tiene 6 altavoces y diría que es suena bien, aunque no soy un gran entendido en la materia, cumple perfectamente sin distorsión alguna. Disponemos de dos cd’s, que nunca he usado, y una entrada usb compatible con ipod y iphone, así como el sistema manos libres, que salvando algún cuelgue ocasional, funciona bien. Eso sí, si usamos el usb, sólo se puede pasar canción desde los mandos del volante, no desde la radio, cosa que es incómoda si el acompañante quiere hacer uso del equipo.

Las plazas traseras son amplias para dos, no siendo así para tres ocupantes, y los asientos son cómodos incluso en viajes largos, aunque no sujetan demasiado en las curvas. El espacio para las piernas es correcto, tirando a amplio (aunque yo no llego al metro setenta, supongo que variará según la altura). Hay una salida central de aire, que hace que en verano los de las plazas traseras vayan también fresquitos.

La climatización es buena, tanto el aire acondicionado como la calefacción cumplen con creces, enfriando y calentando de forma eficiente el interior. El aire acondicionado es manual en esta versión.

El maletero es (bastante) grande, 365 litros, y tiene formas muy regulares, aunque el umbral de carga está muy alto. Está completamente tapizado, y debajo del piso encontramos el depósito de glp. En caso de necesitar más espacio, los asientos traseros Se abaten en dos partes (60/40), dejando un suelo de carga (CASI) plano.

Como aspectos negativos, el Hill Holder o asistente de arranque en cuesta merece un artículo aparte. Es un auténtico incordio, aguanta el coche más de lo necesario en ocasiones, obligando a acelerar más de la cuenta para salir con presteza, o relegando al conductor a una salida perezosa y lenta, pues tarda en desactivarse. Además, tiene un funcionamiento impredecible, en ocasiones sujeta, otras no, y en pendientes pronunciadas suelta los frenos de golpe, provocando que tengas que acelerar para preverlo y no golpear a otros coches desaparcando. He preguntado en varias concesiones si se puede desactivar, cosa que estoy seguro que es posible, pero en todas me han dicho que “no es posible”. Me da a mí que me va a tocar “tunear” la centralita para librarme de él.

Impresiones de conducción:

El motor es agradable, aunque no tan refinado como otros gasolina que he probado, como por ejemplo un golf 1.4tsi, pero me lo parece mucho más que por ejemplo el 0.9tce de Renault (lo he probado en un clio y vibra mucho menos el mío). El sonido del motor llega muy mitigado al interior, excepto cuando se sube de vueltas por encima de las 3500 rpm, que empieza a dejarse notar en el habitáculo, sin ser molesto.

El motor es más silencioso a gasolina que a glp (muy poco), al contrario de lo que había leído por ahí, y cuando funciona a gas el timbrado del motor cambia, pasando a un tono más metálico. De hecho, una vez te das cuenta, si te cruzas con otro coche de glp, se reconoce instantáneamente, por qué tienen un timbre muy similar. También, si se está atento durante la aceleración, se pueden escuchar los inyectores de glp funcionando.

Otra de las particularidades del glp es el tema de la medición de la autonomía, como el gas cambia de volumen con la temperatura ambiente, el indicador de combustible es muy inexacto, de forma que al final resulta más fácil guiarse por los kilómetros para saber cuánto queda realmente en el depósito.

El motor es extremadamente lineal, y por debajo de las 2500 rpm está muerto, no se puede esperar ninguna respuesta contundente. Por lo demás, sube de vueltas con facilidad, teniendo un poco más de garra al superar la zona media del cuentarrevoluciones, donde gana fuerza y alegría, debido a las 16 válvulas. Es un motor que “redondea” bonito, y que, llevándolo por encima de 2500rpm, mueve dignamente los 1280kg del coche, eso sí, sin pretensiones deportivas, que no se llevan nada bien con la dirección (muy blanda e artificial) y con la suspensión, que tira francamente al confort y que aisla muy bien, pero que tiene movimientos muy amplios.

Dicho esto, sabiéndolo llevar, no me parece un coche lento, hace los 100m en 12,5 segundos, y he llegado a mantener cruceros (poco prudentes) de 160km/hm (marcador) en autopista sin mayores dificultades (a 4000rpm en 6ª, con una sexta de 37.1km, me salen casi 150km/h, el marcador miente bastante). A 120km/h de marcador en 6ª va a 3000rpm, y en 5ª va exactamente a 3500rpm. En cuestas pronunciadas hay que reducir marcha si se quiere mantener la velocidad, siendo para mí común circular por autopista a 120km/h en cuarta, con el cuenta revoluciones sobre las 4500.

En circuito interurbano, aunque aguanta la 6ª a 2000rpm y 80km/h, suelo circular en 5ª, que mantiene el motor a 2500rpm, para tener algo de respuesta en caso de necesidad y no forzar el motor en exceso.

Consumos y coste económico:

Ya pasando al apartado del consumo, que quizás es el más relevante en un coche con este planteamiento, dada la carencia del ordenador de abordo, que no mide el consumo ni con gasolina ni con glp, he ido midiendo los repostajes desde que tengo el coche, y desde hace un tiempo (hace exactamente 15.566,3 km al escribir estas líneas), he empezado a usar Spritmonitor.

El consumo durante estos más de 15.000km de los cuales tengo datos en Spritmonitor es de 8,09 litros de GLP a los 100km, con medias de velocidad que siempre están entre 44 km/h y 46 km/h. Podeís ver el resto de datos de mi coche (costes de mantenimiento, averías y adquisición en Spritmonitor, buscando por modelo).

También tengo registros de varios viajes largos (Bilbao-Barcelona) que hago con cierta asiduidad y los consumos circulando por un mix de autopista, autovía y carretera nacional dando una media de consumo que ronda los 9 litros, (esto es aproximado, media de varios viajes realizados con rutas a veces distintas y con velocidades medias distintas)

Me parece una media excelente, más aún prácticamente calca las homologaciones del fabricante, y teniendo en cuenta que también hago bastante ciudad y no me gusta llevar el coche “muerto”, me deja claro que usando bien el cambio se pueden conseguir registros dignos, y eso conduciendo por las autovías y carreteras de Euskadi, que no tiene precisamente una orografía que beneficie a los coches de pequeña cilindrada y baja potencia.

En cuanto al mantenimiento del coche, es el mismo que el de uno de gasolina, sumando que hay que cambiar cada 30.000km el filtro de estado gaseoso del GLP (87,75€, lo he cambiado este mismo mes) y cada 90.000km el filtro de estado líquido del GLP. Además hay que cambiar el depósito cada 10 años, teóricamente (ignoro el motivo). El mantenimiento es siempre cada 30.000km, y la distribución se cambia a los 120.000km.

En fin, se trata para mí de un utilitario en todo el esplendor de la palabra, con el que a día de hoy me encuentro satisfecho y que cumple, sin más, el cometido que tiene; llevarme a los sitios y baratito.

Un saludo y gracias por la lectura.

Enric

Extra: los mitos del GLP y la experiencia de usar un vehículo con combustible “alternativo”:

Una de las cosas que me preocupaba cuando finalmente me decidí a comprar este coche fué la poca implantación y conocimiento del asunto del Glp. Para empezar, el comercial que me vendió el coche no tenía demasiada idea de cómo funcionaba ni cuales eran las particularidades de este combustible y por extensión del vehículo, así que tiré de internet para hacerme una idea que fuera más allá de los equipamientos del coche.

Esta primera impresión se confirmaría con el primer ( y único) problema que me ha dado el coche, y que se dió alrededor de los 20.000km, que provocaba que el coche pasara de GLP a gasolina constantemente. Después de cambiar medio sistema de GLP (siguiendo el manual, porque no tenían ni idea de que era), y tenerme una semana sin coche (lo uso a diario para ir al trabajo ya que no hay transporte público), resultó que pensaron que sería el filtro, y dado que había recorrido 20.000km y la vida útil del filtro era de 30.000, quisieron cobrarme la mitad de la reparación. Huelga decir que ni de broma lo hicieron, reclamación mediante en la Fiat, ya que estaba en garantía y no habían sido capaces de solucionar el problema en una semana. No he vuelto a ese concesionario, he ido a otro (sólo hay dos oficiales en Bizkaia) y aunque se olvidaron una vez de cambiar el filtro (no les avisó la maquinita) el servicio es mucho mejor.

Otra de las cosas que hay que tener en cuenta es que el adaptador EUROPEO que sólo se usa en España para cargar GLP funciona francamente mal, y no sólo el mío, he probado con varios. En otros países se utiliza uno con válvula en el boquerel de carga que regula la presión, de forma que tenemos que apretar como locos la rosca para que no se nos salga el gas, cosa que además de asustar al novicio obliga a parar el repostaje y volver a empezar. A mi me dieron también el adaptador para poder repostar en Italia o Francia, o otros países que utilizan el mismo.

Hay que tener en cuenta que el repostaje de GLP es a presión y necesita un circuito cerrado, motivo por el cuál el adaptador de válvula es mucho más práctico. Yo lo he solucionado poniendo dos juntas de goma en la rosca, pero si no se quiere hacer el apaño se puede comprar un adaptador francés/italiano (es como se le suele llamar al de válvula) o pedirlo en las estaciones de servicio de Repsol, en todas las que he estado tenían. Por cierto, cuando se desconecta la boquilla sale gas a presión, con el olor correspondiente y manchando algo la carrocería y las manos, si no vamos con cuidado. Es gracioso ver la cara del que reposta al lado cuando ocurre.

Sobre el tema (muy manido en ciertos foros) de la peligrosidad del gas, si se tienen dos dedos de frente (no se fuma mientras se reposta, por ejemplo), no tiene ningún peligro. En caso de accidente, el depósito está detrás y está hecho de un acero más resistente que el depósito de gasolina, así que sería difícil la fuga de gas o explosión del vehículo.

Otra de las cuestiones que suele preguntarse mucho es si se pierde potencia. En unos sitios encuentras que no, en otros te dicen que pérdidas en torno al 5-10%…por mi experiencia la diferencia es irrisoria, si es que hay pérdida, aunque en un coche con la potencia que tiene este es francamente difícil de saber sin hacer una prueba en un banco de potencia. Os puedo decir que se nota más pérdida de potencia al poner el aire acondicionado que funcionar a GLP, además habría que matizar que si bien el GLP tiene menos densidad que la gasolina (de ahí que consuma más el coche) tiene mayor octanaje, con lo cual teóricamente se consigue más potencia a altas RPM.

Acerca de la fiabilidad, en todos los sitios web que dan información sobre adaptaciones dicen que se maltrata menos la mecánica, dado que es un combustible más limpio, esto os lo diré con el tiempo. La experiencia directa que tengo es de dos familiares en Italia, uno tuvo un Sandero de GLP que gripó (le daban mucha caña y llevaba más de 300.000km), al que le dió problemas el sistema de GLP hasta el punto de anularlo. Hay que decir que el mantenimiento de ese coche fue deficiente, y era uno de los primeros modelos de Sandero. Por lo que tengo entendido en las adaptaciones de fábrica Dacia no refuerza de forma alguna los motores (Fiat dice que sí), aunque hay opiniones dispares acerca de si es necesario reforzar válvulas o otros elementos. La otra es un Pajero corto (creo que en España se vendió con otro nombre) que no sé exactamente si lleva un 1.8 o 2.0, en cualquier caso nunca ha dado un problema, aunque tampoco tiene muchos km. También he hablado con algún que otro taxista mientras repostaba

Yo creo que si bien es cierto que el combustible es algo más limpio y tiene más octanaje que la gasolina, eso no tiene que influir positivamente (como indican en muchos sitios) de forma necesaria en la mayor durabilidad de un motor, y menos con las tecnologías que se emplean a día de hoy. Creo que lo fundamental es prestar atención a los mantenimientos y hacer un uso razonable del coche, lo demás es cuestión de la calidad de las piezas. Yo opté por este puesto que sabía que era un motor sencillo, y ya se sabe, a menos complejidad, menos averías. Si se quiere última tecnología, se paga, sea en el precio o en los arreglos.