El smart fortwo y el Toyota iQ son los dos turismos de menor tamaño que actualmente hay en el mercado, pero entre ellos hay importantes diferencias. El smart mide prácticamente 2,7 metros de longitud y el Toyota casi 3,0 metros. Además, el smart es claramente más estrecho, unos 12 centímetros.
El número de plazas es la otra gran diferencia entre ellos. El smart es un estricto dos plazas, mientras que en el Toyota caben hasta cuatro ocupantes. Las posteriores no son cómodas y comprometen la posición de los ocupantes de las anteriores, que han de adelantarse para dejar un espacio mínimo detrás, pero ahí están para cuando hagan falta.

smart fortwo coupé 52 mhd pure / Toyota iQ 1.0 VVT-i

smart fortwo coupé 52 mhd pure / Toyota iQ 1.0 VVT-i


El fortwo se puede elegir entre carrocería cerrada o descapotable, toda una rareza dentro de los coches pequeños y urbanos. La elección de motores es muy extensa: el que hemos probado es el de gasolina de 71 CV (versión denominada «52 mdh»).

Por su parte la versión del iQ que hemos probado es que la que tiene 68 caballos. Este mismo motor lo pueden llevar el Aygo y el Yaris.
Los precios de partida de cada modelo probado son los siguientes:
smart fortwo coupé 52 mhd pure (61 CV) 10500 euros
Toyota iQ 1.0 VVT-i (68 CV) 13200 euros
Se trata de modelos costosos. Por ejemplo, por menos de lo que cuesta un iQ hay un Yaris.  Puede compensar pagar por ellos porque tienen cualidades que no se encuentran en otros coches del mercado lo poco que ocupan y el poco espacio que necesitan para maniobrar. Pero claro, para sacarles provecho, es necesario que se den unas condiciones de utilización muy particulares.
smart fortwo coupé 52 mhd pure / Toyota iQ 1.0 VVT-i

smart fortwo coupé 52 mhd pure / Toyota iQ 1.0 VVT-i


Estos precios de partida tan dispares se equilibran si igualamos el equipamiento. El smart con equipamiento básico “pure” carece de elementos como el aire acondicionado, la dirección asistida, las llantas de aleación, radio, los airbags laterales…. Todo esto es de serie en el iQ. En este enlace se puede comparar el equipamiento de serie de cada uno, igualarlo si se desea y ver el precio final de cada coche.
Sin entrar en muchos detalles, el precio del Toyota parece que está más justificado que el del smart porque ofrece más sensación de coche grande, mejores materiales de recubrimiento y mejor confort de marcha. A los mandos de smart queda claro que vamos en un modelo más básico.
En cuanto a potencia o capacidad de aceleración no hay un ganador claro. Los dos resultan suficientes para ciudad o carreteras con pocas complicaciones. La mayor diferencia en cuanto a sus cualidades dinámicas viene dada no por el motor, sino las diferencias en los tipos de cambios de marchas: el del smart es automático y el del Toyota manual
¿Cuál elegir?
Todo depende de la utilización que se vaya a dar. Si además de recorrer la ciudad también se tiene pensado salir por carretera, el Toyota es mejor compra.
Toyota iQ 1.0 VVT-i. Salpicadero

Toyota iQ 1.0 VVT-i. Salpicadero


Este Toyota tiene tacto de coche «de verdad», de coche más grande. Reacciona mucho mejor a los movimientos del volante y a velocidades elevadas mantiene mejor la línea recta.
La conducción del smart no se parece a la de ningún otro coche moderno. Su trayectoria es muy sensible a la velocidad y al estado del piso. Hay que hacer correcciones casi constantes con el volante incluso para llevarlo en una carretera recta. Aunque no da mucha sensación de seguridad alta velocidad, es difícil saber si es una impresión real. Hemos comprobado que, en nuestra medición de frenada que se hace  desde 120 km/h pisando el pedal como si la vida fuera en ello, el smart pierde velocidad de forma segura. Pero esta medición la hacemos en recta y no sé si me atrevería a hacer una frenada tan brusca en curva.
smart fortwo coupé 52 mhd . Salpicadero

smart fortwo coupé 52 mhd . Salpicadero


Sin embargo, si el uso va a ser casi exclusivamente por dentro de ciudades muy congestionadas, me decanto por el smart. El Toyota iQ parte con la ventaja de que necesita mucho menos espacio para maniobrar, a pesar de su mayor tamaño exterior. Con todo, mi impresión es que, en muchos casos, no es muy normal enfrentarse a situaciones en las que sea realmente necesaria tanta capacidad de giro. El smart gira peor, pero es claramente más estrecho y eso sí es definitivo en tráfico urbano porque permite aprovechar mejor los huecos disponibles.
Otro aspecto a favor del smart es que su carrocería deja mejor visibilidad al conductor. En el iQ, se va sentado mucho más retrasado y se controlan mucho peor sus esquinas, con el añadido mencionado antes de que la carrocería es más ancha. Un detalle curioso es que en el smart es muy fácil pasar de una plaza a otra, pues no hay consola que interrumpa el paso de los pies,  lo que puede ser muy útil cuando se aparca pegado a una pared.
smart fortwo. Espacio libre a la altura de los pies

smart fortwo. Espacio libre a la altura de los pies


Ninguno de los dos tiene una suspensión cómoda, pero el que peor sale parado, con diferencia, es el smart. Resulta brusco, seco, cada vez que pasa por encima de un bache medianamente grande (como una banda en relieve de limitación de velocidad).
En el caso del smart, a la incomodidad de la suspensión se suma la poca suavidad y rapidez del cambio de marchas automático. Es un cambio que se toma su tiempo para elegir una u otra velocidad: en consecuencia, nos puede dejar sin respuesta en el momento más inoportuno. A eso hay que añadir que no se pueden realizar maniobras con total suavidad. Hay que tener mucho cuidado con el acelerador para conseguir movimientos precisos mientras se aparca en lugares pequeños, y aún así, no siempre se consigue. El cambio de marchas del Toyota es manual, de funcionamiento correcto, y es el único posible en el iQ de 68 CV.
Toyota iQ. Maletero

Toyota iQ. Maletero


En un envoltorio de tres metros de longitud Toyota ha colocado cuatro asientos pero ha tenido que prescindir casi por completo de maletero. Solo tiene 26 litros, según datos oficiales. Cabe un abrigo aplastado, un maletín poco abultado o una mochila medio vacía. Poco más. Si se quiere aumentar el espacio de carga, se pueden abatir los asientos posteriores con total facilidad desde el exterior.
smart fortwo. Maletero

smart fortwo. Maletero


El smart tiene un maletero mayor (220 litros), al que se accede por un portón dividido en dos partes: una parte se abre hacia arriba y la otra hacia abajo, resultando una especie de mesa o punto de apoyo (soporta hasta 100 kg). ADemás, la parte inferior contiene un cajón que puede resultar muy útil.
smart fortwo. Maletero

smart fortwo. Maletero


Para finalizar dejo aquí un vídeo que hicimos (producción y edición de Raquel Sanchez) donde se puede ver claramente la enorme diferencia de capacidad de giro a favor del modelo japonés

 

Cogolludo