spidey2

 

¿Han visto? No he tardado seis meses en volver, joder, me estoy volviendo un tío formal. Espero que me lo tengan en cuenta.

 

Esta semana no he estado en ningún lado, excepto en el sofá de mi casa, donde –huelga decirlo– se está de coña. Si de repente alguien entrara en casa, creería que me he caído del techo.

 

Lamentablemente, me he tenido que levantar a escribir porque de algo hay que vivir y la trata de órganos (propios) no me estaba sentando bien. Así que aquí me tienen, esta vez dispuesto a hablarles de la estupenda Spiderman 2.

 

Bueno, voy a hacer algunos matices.

 

Yo soy comiquero y he leído a Spiderman desde bien pequeño, él y Thor han sido mis ídolos desde que tenía 12 años (vale, también me gustaba Ojo de halcón, cada uno tiene sus debilidades) y conozco sus historias del derecho y del revés.

Con esto quiero decir que al menos en una parte de la historia, yo ya estoy vendido.

 

Si usted no es comiquero o no tiene más interés en el mundo del fandom (los comics de superhéroes), es probable que su grado de satisfacción con la película sea mucho menor que el mío.

También es posible que el desconocimiento del contexto juegue a favor del filme pero –francamente– lo dudo mucho.

 

Spiderman 2 es un transatlántico y, a pesar de su rústica (y penosa) campaña de marketing, no han escatimado en gastos. Eso garantiza que al menos en su lado más espectacular (ya saben, diseño de producción, efectos especiales y demás) la película sea sobresaliente. Ahora bien, desde un punto de vista narrativo la cosa es distinta: la película vive de la mitología de los tebeos (se ha modificado la apariencia de Electro porque –básicamente– ese traje verde y amarillo con los rayitos hubiera resultado ridículo en la pantalla grande) y los personajes bucean en viñetas.

 

Sin hacer spoilers, el gran giro (o la gran tragedia, como quieran) que encierra el filme es bastante obvio para los fans del tebeo. De hecho, uno puede esperarlo nada más empezar la peli.

 

Para alguien que llegue virgen al cine la hostia puede ser considerable, especialmente porque el tono de la película es especialmente amable en su tramo inicial, con un punto de slapstick (ya saben, la comedia romántica de enredos con mucha incidencia en el diálogo que hizo fortuna en el Hollywood clásico) y muchos matices de perfil: Peter Parker es un pequeño desastre y ya en el primer filme esto quedaba bastante claro.

 

Así que, cuando pasa lo que pasa y la película se sumerge en ese tono oscuro, atormentado que parece pertenecer a un universo completamente distinto, es bastante probable que el espectador sufra por un simple motivo: tenía la guardia baja.

 

Bien pensado, pondré un aviso de ligeros spoilers al principio de este texto para que luego no me digan que les he jodido la película, que ya nos conocemos.

 

En general, la peli es superior en todos los sentidos a la primera porque ya conocemos al personaje, ya sabemos quiénes le rodean y el director (notable Marc Webb) puede concentrarse en desarrollar la historia. Los actores están magníficos (supongo que ayuda que Andrew Garfield y Emma Stone sean pareja en la vida real) y Paul Giamatti y Jamie Foxx construyen dos villanos magníficos.

 

Si yo fuera ustedes iría a pasar un buen rato, advirtiéndoles de que la película dura casi dos horas y media, así que, si no conectan con este hombre araña (muy distinto del que dibujó Tobey Maguire en la saga de Sam Raimi), les espera un largo rato de asiento y bufidos.

 

Hala, sean buenos/as.

 

T.G.