Señoras y señores,

¿Cómo estamos? Espero que estén disfrutando del puente, sin hacer demasiado el burro. Sobre todo, lo de no hacer demasiado el burro. Es importante.

Yo no creo demasiado en la responsabilidad individual. Ni aquí, ni en ningún sitio.

Acostumbramos a pasarnos todo por el forro, esencialmente porque podemos. Siempre ha sido así, y siempre será así. O nos lo prohíben, o que se jodan.

En fin. Por favor no hagan muchas locuras. Ya cuento con que en enero tendremos que volver a estar encerrados en casa, pero agradecería que en marzo pudiéramos empezar a hacer algo de vida normal. Aunque sea un poco.

Cuento con ustedes (en realidad no).

Hoy no vengo a hablarles de ninguna película, aunque déjenme recomendarles ‘Josep’ en Filmin. Una película de animación absolutamente cojonuda. Háganme caso: no se arrepentirán.

Hoy vengo a hablarles del movimiento tectónico que ha provocado Warner Brothers con su anuncio de que todas las películas que va a lanzar el año que viene van a ir directas a streaming, a través de su plataforma HBO Max.

He visto y leído algunas opiniones positivas. Algunas más o menos fundamentadas, otras absolutas sandeces. La peor de todas (de periodistas que saben de cómo funciona el sistema lo mismo que yo del cultivo del aguacate) afirma que ‘En Europa no nos afectara’. Hay que ser bastante lelo para pensar que el asunto no tendrá afectación sobre el ecosistema de cines europeos.

Y para no dar la turra pondré solo un ejemplo. Uno que me parece bastante paradigmático.

Imaginemos el día 18 de diciembre. Poco antes de Navidad.

Wonder woman 84 se estrena en cines. En España.

En Estados Unidos va directamente a HBO Max el 25 de diciembre.

25 de diciembre. Navidad. Uno se conecta a internet y tiene a su disposición una copia de Wonder woman 84 en UHD 4K y dolby Atmos. A un click.

¿Alguien cree (de verdad) que no va a haber tropecientos millones de personas que no le den al enter?

He puesto un ejemplo tonto. Bastante barato.

Pero espero que sirva para desmantelar la chorrada de que ‘en Europa no va a afectarnos demasiado’.

Por supuesto que va a afectarnos: a la gente ya le da miedo ir al cine. Los cines y los teatros han sido los primeros que se han cerrado cada vez que ha habido repuntes del virus. Sin ningún motivo, por supuesto. Pero cada vez que cierras un sitio porque hay un repunte, el mensaje que estás transmitiendo es que ese sitio no es seguro.

Así que pon una copia perfecta de una superproducción para ver el día de navidad en tu casa pagando cero pesetas y dime si vas a decir ‘no, no, ya me voy al cine’.

Y una mierda. No funciona así. No me jodas.

Y luego están los de ‘bueno, solo es en 2021’.

Pero cuando le preguntan al presidente de Warner si esto va a ser solo en 2021, te contesta -rollo Simeone-, ‘ya lo veremos’. Claro que sí, partido a partido.

Luego está el hecho de que HBO Max llega a España a mediados del año que viene. Es cierto que WB ha dicho que la estrategia estadounidense (y seguramente británica) no se va a aplicar en España. La misma gente que dijo hace unos meses que lo de Wonder woman estrenándose directamente en plataformas, era solo para Wonder woman.

Una gente absolutamente fiable, claro.

En fin. Nos esperan tiempos agitados, los cines (las salas de cine) van a sufrir de lo lindo, y si no hay un cambio radical en la nueva política de los estudios, es muy probable que en 2022 el panorama no lo reconozca ni la madre que lo parió.

Cuídense y abríguense, que hace frío.

Abrazos/as,

T.G.