Amigos y amigas,

¿Qué tal todo? Desayuno hoy con las imágenes de las manifestaciones para protestar por la muerte de George Floyd y me sobreviene un cabreo descomunal, casi infinito. ¿Cómo es posible que haya tal cantidad de gente insensata en nuestro país y en tantos otros? Hay que ser gilipollas. Ojo, que la causa es buena y nadie dice lo contrario: lo que le pasó a ese pobre tipo es indignante y las consecuencias tienen que ser inmediatas. Pero coño, ¿ya hemos olvidado lo del maldito coronavirus? Hay casi 30.000 muertos y salimos por ahí a hacer el indio, sabiendo que todo esto no ha quedado a nuestras espaldas: que aún sigue aquí.

No tenemos puto remedio.

En fin, espero que no pase nada, que el virus se haya degradado ya tanto que todo quede en agua de borrajas. Me encantaría que fuera así. Ojalá pueda decir que soy un puto alarmista.

Hoy vengo a hablarles de una peli que acaba de llegar a Netflix y con la que en su momento me lo pasé pipa: Overlord.

Además, ayer fue el aniversario del desembarco de Normandia y entra dentro de la lógica que la vean estos días. A ver, si yo fuera ustedes miraría Salvar al soldado Ryan o Hermanos de sangre, que son las dos mayores obras sobre la 2ª guerra mundial que se han hecho jamás. Las dos gigantescas maravillas audiovisuales que trascienden con mucho la épica y se meten de lleno en la esencia de la humanidad cuando se ve sacudida por la guerra. Obras maestras.

Salvar al soldado Ryan está en Netflix; Hermanos de sangre en HBO. Para que luego se quejen de que no se lo doy todo masticado y con el máximo de facilidades.

A lo nuestro:

Overlord habla de una unidad del ejercito estadounidense que debe saltar en paracaídas sobre un pequeño pueblo francés. El objetivo es destruir una torre de comunicaciones y la misión es vital para que el desembarco triunfe.

El problema es que los nazis están haciendo extraños experimentos en el pueblo en cuestión y lo que parecía una misión difícil se convierte de repente en una misión imposible.

La peli surge de ese colectivo reunido alrededor de JJ Abrams, el mismo que se inventó cosas como Super 8 (que empieza muy bien y acaba muy mal) , Cloverfield (cuyas dos primeras entregas son excelentes y la última es un auténtico desastre) o la nueva trilogía de El planeta de los simios (fabulosa).

Como fan del género de la fantasía y la ciencia-ficción y fanático de las películas bélicas, era bastante probable que Overlord me gustara, y aun reconociendo que en el tramo final la película se les va de las manos, la verdad es que es una película palomitera al cien por cien.

Eso sí, debo advertirles que de ningún modo la miren con los críos o si tienen el estómago delicado, porque hay un festín de sangre y vísceras. Tanto que hubo un momento en que me hizo pensar en Reanimator y hasta sonreí.

No hay rostros famosos en el reparto, por lo que uno puede centrarse en el festín gore que se produce ante los ojos del espectador.

Si cumplen los requisitos, les invito a darse un chapuzón de glóbulos rojos, blancos y demás.

Hala, a disfrutar.

Besos y abrazos, desde lejos. Desde muy lejos.

T.G.