Me doy cuenta de que de el gran estreno de esta semana, la decepcionante Alicia en el País de las Maravillas, ya hablamos hace un par de semanas, así que voy a pasar de largo para no repetirme.

Solo recalcar que Tim Burton necesita un tunning: se le ha encogido el disfraz de freak y se le empiezan a ver las costuras.

En cambio hablaré de una recomendación absurda, que a pesar su intrínseco delirio espero haga las delicias del respetable con menos ínfulas.

La cosa se llama Desde París con amor.

La protagoniza un John Travolta con mucho de aquel villano que aparecía en Operación Swordfish (otra memorable –y entretenidísima- peli basura) pasado por el filtro del malo/malísimo contemporáneo (cabeza rapada, vacilada perpetua, pérfido y vicioso como el que no quiere la cosa) y con el odioso Jonathan Rhys Meyers, uno de los actores más fatuos e impostados de los últimos tiempos, que aquí –oh sorpresa – hasta cae simpático.

¿El guión? Ni lo busquen. ¿Diálogos? Como si Tarantino hubiera bebido demasiada absenta y comido demasiadas pastillas de goma. ¿La dirección? Mejor no preguntar. Sin embargo, y como si se tratara de un reloj cuyas piezas no funcionan pero se empeña en seguir dando la hora Desde París con amor pasa en un chasquido y hasta puedes reírte con la boca abierta, en plan cafre.

Es una de esas películas que cuando alguien te pregunta por ella solo hay una palabra que puedas contestar y que se ajuste a lo presenciado: mola.

Espero sus noticias, ya me contarán. Si no les gusta pueden ustedes faltarme al respeto sin ningún problema.

Queda dicho.

T.G.

P.D.: Youtube sigue sin funcionar en mi bendito mac. ¿Sugerencias?