Queridos y queridas,

 

¿Qué tal están?

 

Seguro que les es familiar el concepto: ‘qué gran idea, ojalá que no se convierta en nada más’.

 

Bueno, este fin de semana vamos a explorar ese concepto gracias a un estreno que me hacía especial ilusión y que ha acabado resultando un terrible y monumental fiasco.

 

Déjenme que les ponga en antecedentes.

 

‘¿Quién engañó a Roger Rabitt?’.

 

No, no es una pregunta. Es el título de una maravillosa película de Robert Zemeckis, en la que convivían dibujos animados y personas. Es una película que no podría hacerse ahora mismo porque la simple negociación para la cesión de derechos de todos esos personajes, sería una auténtica locura. De las gordas.

Tenía un guión memorable, unos actores memorables y a Jessica Rabitt: «No soy mala, es que me han dibujado así».

 

Si repasan (o recuerdan) la película, entenderán lo que digo.

 

Bueno, pues este fin de semana estrenan una película llamada ‘¿Quién está matando a los moñecos?’. Es una copia barata del concepto, pero con los personajes de Barrio sésamo en lugar de dibujos animados y con Melissa McCarthy en lugar de Bob Hoskins.

 

En teoría, podría ser una buena idea.

 

 

Muñecos comportándose como salvajes, esnifando droga, asesinando, fornicando y todo lo que se les pase por la cabeza.

 

El problema es que es una película sin guión. Va acumulando gags, esperando que alguno funcione o que la perversión del show infantil convertido ahora en un filme de vocación punk, acabe haciendo mella en el espectador.

Eso es lo que trataron de vender en el tráiler.

 

A mí ya me dio mala espina, pero pensé que era absurdo juzgar una película por su tráiler. Lo hacemos constantemente y es una soberana gilipollez. Sin embargo, esta vez –maldita sea- tenía que haber visto claramente que el tráiler era solo un preludio de lo mala que iba a ser la película.

 

Encima, en español le han añadido la voz de David Broncano, que debe ser muy gracioso en sus cosas, pero va mal de doblaje y peor de tempo. Supongo que es una decisión empresarial, que hay que poner un rostro conocido para llevar más gente al cine.

No sé yo si Broncano es el tipo, pero oye, ellos sabrán.

 

Lo peor de una peli así, es que con tanto potencial, con tanto personaje que podía haber dado juego, se queden en el gag barato, en el chistecillo de andar por casa. Quizás eso de buscar el escándalo con juegos de palabras sexuales y violencia variada, hubiera podido funcionar en los 90, pero en el s.XXI parece más viejo que Matusalen.

 

A los 20 minutos te dan ganas de largarte por patas de cine y no volver a pisarlo en un mes. Es de esas reglas no escritas que sabe cualquiera que se dedique a esto: cuidado con las pelis que se estrenan a finales de agosto, cuando no se sabe si la gente vuelve o se va, probablemente te la quieran dar con queso.

 

No he visto aún las cifras en España, pero en Estados Unidos se ha dado la hostia del siglo recaudando 10 millones de dólares, cuando había costado unos 50 millones, sin contar los gastos de marketing. Como siempre, me pregunto cómo pasó. ¿Quién pensó que era una buena idea utilizar a los muñecos de Barrio sésamo para una gilipollez semejante? No es que haya que buscar culpables, pero alguno habrá. Seguro.

 

Les aconsejo que repitan Roger rabitt en casa y no se gasten un euro en ver este delirio. Si no la han visto, no sé a qué esperan.

 

Les recomendaría alguna otra película, pero no hay nada bueno.

 

Ah, pero les puedo recomendar una serie (más bien un reality) que se llama Making it. Es muy sencillito: son hombres y mujeres llegados de todos los rincones de EEUU para participar en un concurso en el que deben demostrar sus habilidades manuales. No sean malpensados, es un concurso de artesanía.

 

Es cojonudo. Palabrita de niño Jesús.

 

Abrazos/as,

T.G.