Siento vergüenza por lo que sucede en Castilla – La Mancha.

La vergüenza no es por la trifulca montada entre PP y PSOE (orden alfabético), porque ya estamos acostumbrados a su mezquindad, a su pobreza de espíritu, a su desvergüenza y a su falta de escrúpulos. Por sabido que sea no voy a dejar de repetirlo. Lo único que les importa es que les voten para ocupar puestos, para dar trabajo a los militantes del partido y a los simpatizantes.

Mi vergüenza se produce porque los ciudadanos no encontremos soluciones para poner coto a tanto desmán. Mi vergüenza es por mí, no es vergüenza ajena. Vergüenza por no tener capacidad para encontrar una solución que impida que ocurra.

Me da vergüenza que unos acusen a otros de mentir sobre el estado de nuestro dinero y que los ciudadanos no hayamos sabido construir herramientas para saber inmediatamente cuál es la verdad.

El PP dice que va a solicitar auditorías sobre las cuentas de las autonomías. ¿No les parece un escándalo que haya que solicitar una auditoría sobre una cuentas públicas sobre las que tendríamos que poder saber, en tiempo real, su estado cierto? Los parlamentarios de todos los partidos, los concejales de todos los municipios y todos los ciudadanos tendríamos que tener mecanismos para fiscalizar inmediatamente hasta el último Euro comprometido en el gasto. Los ciudadanos no tendríamos que estar obligados a rastrear esos datos y a fiscalizarlos, pero los partidos de la oposición sí, que para eso les votamos y les pagamos, entre otras cosas.

Todos los datos relacionados con nuestro dinero, de todas las administraciones, tendrían que ser públicos de forma inmediata. Todas las cuentas corrientes, de todas las administraciones y empresas públicas, tendrían que conocerse a través de internet. Todos los compromisos de pago, todos los contratos, el volumen mensual de las nóminas, los ingresos, los más pequeños gastos… todo, absolutamente todo debería ser accesible para el ciudadano, que es el accionista del país. Cualquier ciudadano con tiempo y conocimientos tendría que poder llevar la contabilidad de cualquier organismo público en todo momento, revisar cada uno de los gastos realizados y de los ingresos.

Algunos apuntes no deberían especificarse (una ley de transparencia tendría que delimitarlos perfectamente), por tratarse de asuntos reservados, pero tendríamos que conocer con detalle el volumen destinado a esos asuntos y el gasto efectivo.

Me parece desolador que los ciudadanos no tengamos herramientas para exigir a los políticos que diseñen mecanismos para que todo el dinero público sea transparente para los ciudadanos.

La transparencia del Estado tiene que ser prácticamente infinita. Internet es la herramienta perfecta para publicar inmediatamente y de forma manejable (formatos uniformes, estandarizados, para facilitar la utilización de la información) todos los detalles relativos al dinero de nuestros impuestos y de la deuda que nos atañe a todos.

El comportamiento de los políticos en Castilla – La Mancha no sorprende.

Me avergüenza no encontrar la forma de impedir que prime su interés sobre el de todos los ciudadanos.