El día en que iban a competir, Isabel y Carlos se levantaron pronto por la mañana, prepararon su equipaje porque todos dejábamos el hotel de San Francisco, supongo que desayunaron y se pusieron a examinar el iPad que la organización repartió entre todos los participantes.

Un iPad con rutómetro integrado, con video en las viñetas para explicar la ruta en intersecciones. Yo no lo había visto nunca. Tampoco estoy seguro de que sea útil. No me dieron la oportunidad de probarlo. Espero que en alguna presentación de coches a las que asista en el futuro haya algún rutómetro con vídeo. Les contaré si me convence o no.

Con todo listo, nuestros representantes se aprestan a subir al coche. en la mañana de hoy los coches han amanecido con la banderita correspondiente a cada país pegada en su puerta delantera derecha. Ayer no hubo tiempo material de pegar las banderas porque el sorteo de los coches para cada país fue pocos minutos antes de entregarlos para la jornada de pruebas.

En los primeros kilómetros del recorrido había que atravesar el Golden Gate. El inicio de la prueba era al otro lado del puente. Las condiciones de tráfico en las que iban a competir los paticipantes eran las que se ven en sentido contrario en el puete. Es decir, condiciones de tráfico denso. Condiciones ideales para sacarle partido a un híbrido, si se juega con el tráfico y las características del coche que están detalladas en este texto.

Ya de vuelta, en el otro lado de la carretera, este es el tráfico que trafico, al que hago fotos y en el que dejo espacios para que el coche fluya, para evitar las paradas y los arranques continuos. Me encuentro con una ventaja en los alrededores de San Francisco: cuando dejo mucha distancia con el coche que me precede, los coches de los otros carriles no cambian de carril y me ocupan el espacio. Tengo la posibilidad de ir a vela, muy despacio, metros y metros, mientras los coches que hay delante, a lo lejos, están parados. Los coches de detrás no me pitan. En el coche, los datos de distancia están en millas y los de combustible en galones. Un galón americano son 3,79 litros. Una milla son 1,61 kilómetros. Cuantas más millas margque el ordenador de a bordo por galón, mucho mejor, siempre que no entorpezcan el tráfico.

En el coche que yo conduzco no tenemos rutómetro ni navegador. Tenemos que seguir a otros participantes o a algún coche de la organización para no perder el recorrido. No parece difícil, hay muchos coches y se distinguen muy bien.

Mi objetivo, aunque no participo en el campeonato, no por falta de ganas, es conseguir el mejor consumo posible en las mismas condiciones que los participantes. Hay algunas diferencias de peso, seguro, porque a nosotros no nos pesan e igualan con el más pesado, pero no creo que la diferencia sea grande.  Al llegar al primer control de consumo, después de circular por este tráfico en atasco continuo, creo que he podido aprovechar muy bien las propiedades del Jetta Hybrid. No sé cuál es el resultado de los participantes, pero yo he conseguido un consumo de 57,4 millas por galón, a una velocidad media poco inferior a 20 millas por hora. (4,1 litros /100 km). Está claro que el tráfico urbano es el entorno ideal para coches eléctricos e híbridos.

En esta parada, un participante abre el capó de su motor y yo aprovecho para hacer una foto.

También aprovecho para apuntar los neumáticos con los que se disputa la prueba.

Los participantes tienen que realizar pruebas adicionales, para ganar puntos que les servirán únicamente para desempatar en el caso de dos equipos obtengan idéntica cifra de consumo.

Si me pusieran esta bicicleta en el coche, yo no pararía de pedalear para recargar la batería. Serviría de poco. A los participantes les costaba mover estos cochecitos a una velocidad decente. Con la potencia eléctrica que generaban no serían capaces de mover un coche grande ni cuesta abajo. Aun así, los participantes canarios consiguieron muy buen resultado en esta prueba.

De vuelta al coche, tenemos un largo recorrido por autovía hasta la parada de la comida. En este recorrido cojo la rueda mala. Sigo a un periodista que va muy rápido. Los participantes en el Think Blue Championship 2012 tienen un rango de velocidades máximas y mínimas que no pueden superar. La referencia está en la velocidad máxima legal de cada carretera. Esta velocidad máxima no puede superarse en más de 5 millas por hora, pero tampoco se puede circular más despacio que 5 millas por debajo de ese límite, salvo que las condiciones de tráfico lo impidan. Por ejemplo, en una autovía con 65 millas por hora de límite, no se puede ir a más de 70 mph en las bajadas (para coger carrerilla) ni a menos de 60 mph, en ningún momento, salvo que el tráfico sea denso en los tres carrilles y obligue a ir más despacio. Pues bien, en este recorrido sigo a un coche conducido por un periodista mexicano que va normalmente por encima de las 70 mph de marcador. Es imposible conseguir un buen consumo a estas velocidades para ganar el campeonato, pero es muy bueno para medir el consumo real del coche en autovía. Con un promedio de 69 mph (111 km/h) de marcador (no tenía equipo para medir el error del velocímetro):

 

Consigo un consumo medio de 46 mpg (5,1 l/100 km). Está claro que el Jetta Hybrid conume poco, porque en autovía no hay mucho que hacer por parte del conductor, para reducir mucho el consumo. Aun así, tendremos que esperar para conocer las cifras de consumo en nuestro recorrido habitual por autovía en España para comparar con otros modelos en igualdad de condiciones.

 

 

Después de la comida, frente al océano, por la tarde nos toca una carretera de curvas, pero no soy yo quien conduce. Al conductor no le importa nada el consumo y aunque sigue a los coches que disputaban la prueba, no parece que haga nada por conseguir un buen consumo.  En esta carretera de curvas, sin lugar a dudas, los buenos conductores pueden sacar grandes diferencias de consumo a quienes no conduzcan de forma adecuada. Es la mítica carretera 1 que bordea la costa de California. Es una carretera sin parangón, pero no me toca conducir a mí. Me toca ir de copiloto de un conductor que se queja de lo mal que conduce su mujer. ¡Qué atrevida es la ignorancia!

Por fin llegamos al hotel. Nos dan la bienvenida. Hubiera deseado que el hotel estuviera mucho más cerca. Llegamos sanos y salvos. No he pasado miedo. El conductor no iba rápido. No era miedo, era horror. ¿¡Cómo puede alguien en el mundo tener tan poca sensibilidad con un volante!?

Más tarde en este hotel sabemos que los dos equipos españoles van muy retrasados en la clasificación. El primer clasificado de todos tiene una media ligeramente superior a las 50 millas por galón y el resto de participantes está por debajo de esa cifra. Mañana es un mal día para remontar, porque el recorrido principal es por autovía y por autovía no puede haber grandes diferencias. Noto pesadumbre en los dos equipos de nuestro país. No les sé animar.