(Inicio de la jornada en la que conduje el Porsche GT3 en el circuito de Aldenhoven. Esta foto era lo que veía desde mi habitación del hotel cuando me desperté)

Porsche 911 Carrera GTS. Primer coche de la mañana. Empiezo de copiloto. Me toca en la derecha. Miro la pantalla del navegador. Estoy pendiente del punto situado en la mitad del recorrido. Por fin aparece una bandera en la pantalla y se lo digo a Paco, que me conduce hasta ese momento. Esto debe de significar cambio de conductor. Los que van delante paran. Nosotros también.

Ajusto el asiento. Respaldo vertical, volante más cerca, banqueta baja. Apetece acelerar. Al volante del 911 Carrera GTS apetece acelerar. Vamos por carreteras alemanas. No puedo pasar de 100 km/h. Apetece acelerar y girar el volante, percibir el tacto de la dirección. Voy por la carretera haciendo eslalons imaginarios. El volante y las ruedas rectas, mis manos quietas sobre el volante y en el cerebro y la mirada apoyos y cambios de apoyo. Los imagino hasta que dejo de imaginar y empiezo a zigzaguear por mi carril. Paco lo entiende. No se queja. Va callado en el asiento del acompañante y no me reprocha mi eslalon inverosímil.

A la salida de un cruce acelero muy hondo. El DSC interviene y corta de inmediato mis intenciones perversas. El asfalto está húmedo a consecuencia de una ligera llovizna nocturna y de la niebla mañanera.

—Tenía que haberle dado al botón del Sport Plus que hubiera dejado que el coche deslizara un poco.

Llegamos al circuito donde vamos a probar todos los deportivos de Porsche. Delante de nosotros va un 911 Turbo S. Siento el hueco en el estómago, la pelota de vacío que hace presión hacia dentro y hacia afuera. Llevo todo el camino ajustando volante y asiento para encontrar la postura óptima en el circuito, que me permite agarrar bien el volante sin apoyarme en él, que me permita mover los brazos con rapidez y precisión sin golpear con nada.

Sé que la cámara de vídeo que he traído hasta aquí no funciona. Voy a tener que memorizarlo todo. Salto del coche y agarro papel y bolígrafo. Todavía no he empezado a probar coches en el circuito y ya tengo la primera crónica.

Ganas de conducir, presión en el vientre. El asfalto está mojado y tenemos muchos caballos por probar. Necesito poner el motor en marcha.