Desde hace unos días me cuesta escribir.

Internet nos deja hablar a todos constantemente. No es una buena idea. Probablemente lo sensato fuera callarse. Por lo menos un rato.

Si hoy tuviera que escribir, preferiría no hacerlo.

Me da miedo ser tan pesado como lo políticos y los tertulianos. Me aterra la posibilidad de no darme cuenta de mi pesadez.

Les pido disculpas por esta confesión en la noche de Reyes. Ustedes me cuidan y me tratan bien.

Tengo que estar alerta para no convertirme en uno de esos personajes patéticos que se cree que lo que dice tiene algún interés. Lo peor es que quizá ya lo sea. Miedo.

Gracias por estar ahí.

Felices Reyes.