Nunca había estado en la pista en la que efectuamos las pruebas de slalon y de esquiva que publicamos en el canal de Youtube de km77.com. Hace unas semanas acudí porque teníamos muchos coches entre manos y hacía falta ayuda. No me atreví a hacer la prueba de esquiva verdadera. Pasé por entre los conos, y pasé a una velocidad cercana a la velocidad definitiva, la que marca la frontera entre el sí y el no, pero es una velocidad muy rápida y en la que el conductor está vendido, porque no puedes ayudar nada con los pedales. No puedes frenar para meter el coche ni dar un toque de gas en el momento adecuado, ni… nada. Sólo meter el coche con el volante e intentar llevarlo por lo negro.

Es una prueba muy exigente con el conductor y con el coche. El conductor tiene que conseguir meter el coche a base de precisión y rapidez con el volante. Nada sencillo.

Me gustó estar y me gustó ver como Mario, Enrique y Alfonso repetían y tiraban conos o pasaban entre ellos con mucha pericia. Confieso que a mí no me hizo gracia la prueba. Me sentí vendido al volante, sin posibilidad de actuar con eficacia para exigir al coche que me obedeciera. Ya no tengo edad para que el coche me lleve por dónde le dé la gana.

Tendré que probar más veces, por prurito profesional, pero la verdad es que «los chicos» como les llama Noe, lo hacen mucho mejor que yo.

En cambio, sí disfruté la sesiones de fotos con los diferentes coches. Nacho, con la cámara, nos iba contando por los «walkies» por dónde pasar y después de mucho tiempo volví a una sesión de fotos. Las sesiones de fotos también ayudan a conocer mejor cómo van los coches.

Lo mejor de todo, sin duda, es el eslalon. En el eslalon, el conductor sí puede modular el acelerador para obligar el coche a entrar mejor en las curvas y son divertidos. «Los chicos» también pasan muy rápido, pero en un eslalon me siento capaz de retarles, aunque me ganen. Un eslalon también da mucha información sobre el coche.

Volver a la pista de pruebas, bajar de un coche y subir a otro, es uno d elos placeres inherentes a esta profesión. Las sesiones de fotos y las jornadas de pruebas son muy divertidas. En pista o en carretera. Un día de estos reanudaré mi carrera de periodista probador de coches. Admito ofertas 🙂