Tengo un amigo rico, un empresario hecho a sí mismo, que tiene suficiente dinero como para comprarse el coche que le dé la gana. La realidad es que tiene varios coches y algunos entre ellos que cuestan mucho dinero. Hace tres días le vi y me dijo:

—Javier, me he equivocado. Y todo por no hablar contigo.

—¿Qué te has comprado, Ángel?

—Un Toyota Yaris.

—¿Un Yaris? ¿Y por qué te has equivocado? El Yaris va muy bien en ciudad. (Esto es lo que dice Enrique Calle en km77.com: «Teniendo en cuenta [sus] alternativas, la impresión que me ha dejado el Yaris es que resulta de los más idóneos para ciudad, de los que menos en carretera porque reacciona peor ante maniobras bruscas y que su diseño está enfocado a favorecer la vida a bordo tanto del conductor como de los acompañantes.«)

—Tú sabes que yo tengo muchos coches, pero tenía un Yaris Diesel. Yo era el tonto del Yaris. Iba a todos lados en mi Yaris. Un Yaris Diesel [desconozco de qué año ni de qué potencia] que consumía muy poco y que iba de maravilla. Con mi Yaris gastaba entre 4,5 y 5,0 litros cada 100 kilómetros. Pero ahora me he comprado un Yaris Híbrido y me he equivocado. Antes lo rellenaba una vez al mes y ahora tengo que echar gasolina con mucha más frecuencia. Me gasta 6,0 litros a los 100 kilómetros y el coche no va igual de bien. Además, es más grande que el anterior, lo aparco peor, no me gusta tanto cómo funciona y consume más. Me he equivocado.

—Lo siento Angel, pero si me hubieras preguntado a mí seguramente también te hubieras equivocado. [Esto es lo que dice Fernando Ríos del Yaris Híbrido en km77.com: «El Yaris Hybrid es posiblemente uno de los vehículos más adecuados para circular por ciudad y alrededores porque lo hace con una suavidad y un silencio que ninguno de sus rivales de tamaño similar puede igualar. Esta sensación está motivada, principalmente, porque al iniciar la marcha desde parado, el motor eléctrico es el único encargado de impulsar al coche (salvo que la aceleración que solicita el conductor sea muy intensa). Tras unos pocos metros, el motor de gasolina también entra en funcionamiento, pero de una manera tan sutil y rápida que en la mayoría de las ocasiones pasará completamente desapercibido.] Salvo que le hubiéramos dedicado tiempo y me hubieras contado con detalles cómo utilizas el coche, en qué recorridos utilizas el Yaris y qué esperas de él, yo te hubiera dicho que el Yaris híbrido es una buena opción para sustituir al Diesel.

—Pues no estoy contento con él. Era mucho más feliz con mi Yaris Diesel. Estaba encantado con él.

Tengo que decir que mi amigo Ángel no me preocupa demasiado. Tiene recursos para comprarse otro coche o para utilizar uno de esos caros, grandes y potentes que tiene en el garaje. Pero lo entiendo bien. Cuando utilizas el coche para moverte en recorridos cortos, para hacer recados, aunque sean de 100 kilómetros, quieres un coche que no gaste, cómodo y fácil de aparcar. De nada te sirve tener en el garaje un coche de 100.000 euros, porque lo que necesitas es un utilitario. A mí me ocurre con los coches de prueba. Los dejo muchas veces en el garaje para moverme en metro o en coche eléctrico compartido.

Lo que sí aprendo con Ángel es la difícil responsabilidad que supone asesorar sobre la compra de un coche. Especialmente a personas acostumbradas a un coche con el que están contentas.

Tengo una amiga, ahora, que me pide que le asesore en la compra de un coche. Le han robado su coche y necesita un sustituto. Me habla también de un híbrido (Las posibles restricciones al tráfico en Madrid están generando mucha inquietud) porque viene de tener un Diesel que aceleraba mucho en marchas largas y gastaba poco. ¿Hasta cuánto de pesado se puede poner uno al recomendar un coche? ¿Cuánto sabe el futuro propietario de lo que quiere y de lo que se va a encontrar?

Las pruebas que se realizan a la puerta de un concesionario no sirven de nada. Para probar un coche y enterarse de algo es imprescindible recorrer muchos kilómetros en diferentes situaciones.

¿Qué le contesto a quien me pide consejo? Doy mi opinión a riesgo de equivocarme y de que mis gustos y preferencias no coincidan con las suyas. ¿Qué alternativa tengo? Cuando uno aconseja, tiene que pringarse y correr el riesgo de equivocarse.

Lo siento Ángel. Y muchas gracias. Si me hubieras preguntado hace un año, seguramente te hubiera dicho: «Si quieres comprarte un Yaris Híbrido, cómpratelo, porque es una buena opción. Tú conoces bien el Yaris. Te gusta. ¿Quién mejor que tú para tomar la decisión». Hoy en cambio, después de aconsejar a diferentes amigos «de una forma profesional» y de conocer tu experiencia, te hubiera dedicado más tiempo.

El gasto en la compra de un coche es muy relevante. Pero, además del gasto, también influye mucho la ilusión. Un coche nuevo hace ilusión. Que te decepcione tu reciente adquisición es una gran frustración. Asesorar sin dedicarle mucha atención es una irresponsabilidad. Tomo nota.