Autor: David Gómez*

Probablemente las comparaciones son odiosas, pero a veces el único modo que tenemos algunos de darnos cuenta de que hay coches mejores que el nuestro, es que alguien te preste uno.

Eso es exactamente lo que me ha pasado a mí esta mañana. He tenido la suerte de que un país me ha prestado a su presidente del gobierno (Primer Ministro, como se llama en la mayoría de democracias occidentales) y así me he dado cuenta de que lo que tenemos aquí es un presidente de saldo.

He asistido a la inauguración de un nuevo espacio de emprendimiento en Madrid, llamado Área 31, que promueve el Instituto de Empresa, una conocida Escuela de Negocios española. El tipo de gente que estábamos allí, pues un poco de todo, algunos profesores, algunos alumnos del IE, emprendedores, empresarios, periodistas, inversores en pequeñas empresas, etc. El artísta invitado era el Primer Ministro de Finlandia, un tal Katainen. Este era el evento en cuestión: http://spain.blogs.ie.edu/2012/09/10/inaguration-of-area-31-with-the-prime-minister-of-finland/

El señor Primer Ministro se ha dirigido a la audiencia en inglés. Un inglés correcto. Nada del otro mundo. Un inglés aprendido por alguien que ha estudiado inglés con esfuerzo, pero que le ha permitido comunicarse con toda la audiencia con absoluta naturalidad. Primera comparativa entre nuestros dos vehículos… El “vehículo fino” y el “vehículo Rajoy” al que no veo capaz de enfrentarse a ninguna audiencia en Europa en un idioma distinto que el Español. Me pregunto cómo vamos a transmitir la cultura del esfuerzo y del estudio desde un señor que en todos los años que lleva preparándose para ser presidente de un país miembro de una unión monetaria en la que el idioma de facto es el inglés no ha sido capaz de adquirir un mínimo conocimiento de inglés. Un buen amigo mío dice que esa actitud solo puede ser de un holgazán.

El señor Katainen, tras una lectura magistral más bien breve y sencilla hablando entre otras cosas del apoyo de Finlandia a la innovación, etc, ha decidido pasar a la ronda de preguntas, con un sencillo: “Y ahora, preguntas”. Alguien le ha preguntado: “¿Sobre cualquier cosa?”, y el ha respondido con sencillez “Of course. About anything”

La sesión de preguntas ha sido distendida. Preguntas sobre la situación económica en Europa, la política del gobierno español, la educación y la cultura de la innovación en Finlandia, etc. Con respuestas francas, honestas, con gran educación hacia el gobierno español respetando en todo momento las decisiones soberanas, con opiniones críticas a veces. No entro en detalle en las respuestas, daría para otro (o varios) posts.

Ha llegado el momento de marcharse. Sus asesores, o quien fuera, le ha llamado al orden y le ha dicho que tenían prisa (he visto que luego tenía una rueda de prensa con Rajoy), y el señor se ha despedido. Una señora en ese momento ha cogido el micrófono y le ha preguntado a discreción: “Por favor, Finlandia ha atravesado en los años 90 una situación similar a la que atraviesa España actualmente. ¿No hay ninguna receta que usted pueda darnos?”. El Sr. Katainen ha vuelto a su estrado y tranquilamente ha respondido, como si fuera mucho más importante la pregunta de esa señora que la posterior rueda de prensa con Rajoy: “No puedo aconsejar nada al gobierno español, que está tomando muchas medidas ante la crisis, además la situación cultural en Finlandia y en España es muy distinta. Ahora bien, una receta que a nosotros nos ha funcionado. Es importante comunicar muy bien a la gente las decisiones que se toman y el por qué de esas decisiones. Algunas pueden ser correctas y otras no, pero si existe transparencia los ciudadanos aceptarán mejor las medidas que se tomen”

A mí, esta última intervención me ha sonado a recadito para un Sr. Rajoy, de cuya intervención en Televisión Española prefiero no opinar mucho. Parecía que se dirigía a un grupo de analfabetos funcionales más que a unos ciudadanos a los que debe, cuanto menos, respeto.

¿Y por qué comparo un “vehículo fino” con el “vehículo Rajoy”?

He recordado ese día, no tan lejano, Marzo 2011, en precampaña electoral, cuando al PP se le llenaba la boca con la ley de emprendedores,. Entonces fui invitado a un acto de Rajoy con emprendedores. Este fue el email de confirmación:

Estimado amigo,

El próximo lunes, 28 de marzo, el Presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, mantendrá un encuentro con un grupo de emprendedores de distintos sectores, al cual has sido invitado para escuchar y comentar la situación actual de la economía y la sociedad en España.

Quiero aprovechar este correo para explicarte algunos detalles del mismo, y para ponerme a tu disposición para cualquier cuestión que te pueda surgir.

El evento tendrá lugar en la sede de Utopic_Us, que se encuentra en la Calle Concepción Jerónima, nº 22 (Madrid), a partir de las 11.45 horas. Te ruego puntualidad.

Si quieres formular a Mariano Rajoy alguna pregunta, puedes enviárnosla por escrito a gep@pp.es, y de entre todas las recibidas seleccionaremos algunas de ellas para organizar el coloquio.

Esperamos con ilusión que este encuentro sea de tu interés y utilidad, y sirva para reiterar el compromiso del Partido Popular con la importante labor que lleváis a cabo los emprendedores en nuestro país.

Sin más, recibe un cordial saludo

Efectivamente, un acto absolutamente enlatado y sin ningún coloquio, en el que solo se permitieron tres preguntas (pactadas de antemano) y ninguna salida del guión. Bueno, hubo una. La última persona que preguntó, obviamente modificó su pregunta (se podían ver caras de asombro entre los asesores y el propio Rajoy), y tuvo la insensatez de preguntar algo así como: “Y cuáles cree usted que deben ser esos sectores en los que se apoye ese nuevo modelo productivo que ustedes proclaman que debe tener España”. Rajoy dudó, no tenía nada preparado, y su respuesta me dejó mudo por una temporada: “No hay que descartar todavía la fuerza que pueda seguir teniendo el sector de la construcción residencial. Señores jubilados, como por ejemplo mi padre, que está en Galicia, estarían encantados de comprarse un apartamentito, por ejemplo, en las Islas Canarias. Creo que aún hay ahí espacio para generar actividad productiva”. Repito, esto pasó en Marzo del 2011.

Y así he llegado al convencimiento de que el coche que tenemos en este país no es lo único que hay. Por ahí hay otros coches que son mejores. Más formados, más preparados, y probablemente más sinceros con aquellos a los que deben respeto, los ciudadanos de sus países.

*David Gómez es amigo mío. Además emprende, ha estudiado y sigue estudiando.