Defiendo el derecho a tener opiniones racistas, homófobas, antiateas, anticatólicas, abortistas, antiabortistas, a favor de la violencia, de la posesión de armas, del terrorismo, de la pena de muerte, de la pederastia y la ablación de genitales, la monogamia y la poligamia, la discriminación sexista y cualquier otro tipo de discriminación. No sé si me olvido de algo.

Las pongo todas en el mismo saco porque como opiniones todas tiene el poder de ser defendidas. Los argumentos diferencian cada uno de los casos.

La ablación de clítoris es defendida por algunas abuelas porque están convencidas de que es lo mejor para sus nietas. Lo mejor para su vida eterna o vaya usted a saber qué.

Aparte de que prohibirles que lo piensen y que lo defiendan seguramente sea un error estratégico cuando el objetivo es acabar con esa práctica, ¿Existe alguna posibilidad real de que dejen de pensarlo por mucho que lo prohibamos?

Si uno defiende el derecho de la madre a abortar e intenta que el Estado (el resto de la sociedad) no se inmiscuya en sus asuntos personales («Nosotras parimos, nosotras decidimos»), ¿No pueden defender que ellas deciden, con el mismo argumento, las madres y abuelas de estas niñas? ¿Hasta qué momento debe poder decidir únicamente la madre y a partir de qué momento debe poder intervenir el Estado? ¿No se puede cambiar perfectamente por ley ese momento y retrasarlo 12 años o los que sean? ¿No se puede defender ese cambio de la ley?

Todo es posible pensarlo y todo debería ser posible defenderlo. Necesitamos fomentar ese pensamiento libre y abierto para mejorar las ideas, acogotarlas, y mejorar la convivencia.

La Constitución Española dice en su Artículo 14:

Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna
por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o
circunstancia personal o social.

Este artículo dice que no se puede discriminar a nadie por su opinión. Por tanto, uno debe poder opinar lo que quiera. Lo que prohibe es discriminar.

Discriminar, a quienes opinan que discriminar es beneficioso, sería un incumplimiento de la ley.

Opinar significa expresar una opinión. No puede ser otra cosa. Opinar, sin expresar, no es opinar.

Defiendo el derecho a que haya racistas y homófobos y que expresen su racismo y su homofobia. Y la Constitución Española también lo defiende. Racistas, homófobos, terroristas y defensores de la pederastia sólo tienen derecho a opinar, no a actuar según las ideas que defienden.

Uno tiene que poder pensar y expresar sin ser discriminado que en su modelo ideal de sociedad es buena la violencia, la extorsión, la desigualdad ante la ley y lo que le dé la gana. Entre otras cosas porque la ley es incapaz de prohibir pensar.

Lo que le prohiben nuestras leyes, el acuerdo social, es ejercer la violencia, pero no deberían prohibir que se pueda defender la utilización de la violencia como herramienta útil para mejorar la sociedad (Apología del terrorismo). Esa opinión, en una sociedad democrática, se puede utilizar para intentar convencer a los demás de que las leyes tienen que cambiar en favor de la utilización de la violencia. Y debería ser legal hacerlo en mi opinión.

Pensar es un Derecho Fundamental del hombre, lo digan las leyes o no. Es imposible prohibirlo.

La Constitución, en su artículo 20, reafirma el artículo 14:

Artículo 20

Se reconocen y protegen los derechos:
a) A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones
mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción.

Si bien, más adelante, pone límites a la libertad de expresión:

4. Estas libertades tienen su límite en el respeto a los derechos reconocidos en este
Título, en los preceptos de las leyes que lo desarrollen y, especialmente, en el
derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud
y de la infancia.

El ejercicio de la libertad es complicado. Nos censuramos hasta la posibilidad de tener algunos tipos de ideas. Muy raro. ¿Es eso la civilización?