Ustedes imagínense que son Dios, un ser omnipotente, un ser que puede crear energía de la nada, un ser capaz de crear a su alrededor todo aquello que desee. Imagínense seres ubicuos, omnipotentes, capaces de crear el infinito y la nada. ¿Para qué iban a crear al ser humano?

Si Dios existiera, si cualquier dios omnipotente existiera, nunca hubiera creado seres que le adoraran, que le rezaran, que le pidieran, que lo necesitaran para su salvación. Un ser omnipotente nunca haría eso. Sólo un ser mezquino, sólo un ser omnipotente imaginado desde la pobreza mental del hombre, podría comportarse así.

Si existiera un ser omnipotente. ¿Para qué iba a crear el universo? ¿Por vanidad? ¿Podría ser un dios omnipotente vanidoso? En caso de que lo fuera, además de vanidoso, ¿sería tan tonto como para crear al hombre?

Si existiera la omnipotencia, lo único que tendría sentido para los seres omnipotentes es crear otros seres omnipotentes, para disfrutar entre ellos, para jugar al dominó con otros de sus mismas capacidades.

Imposible que exista un dios tan tonto que creara el universo por vanidad o para entretenerse y que desde que lo creara se aburra como una mona salvando para la eternidad a unos seres humanos más tontos que las piedras. ¿Para qué querría ningún dios salvar almas para la eternidad?

Dios tiene sentido desde el punto de vista del hombre. El hombre, tan poco potente, no tiene ningún sentido desde el punto de vista de ningún tipo de dios capaz de crear el universo.