Volkswagen reconoce que once millones de sus coches son fraudulentos. La EPA dice que los 450.000 coches vendidos en EE.UU. son fraudulentos. Ambos, implícitamente, acusan al proveedor de centralitas de suministrar centralitas fraudulentas.

Llevo varios días intentando saber qué empresa o qué empresas son las que han suministrado los once millones de centralitas «fraudulentas». La industria del motor está acorazada estos días. Al menos está acorazada ante mí. Si yo fuera un buen periodista tendría fuentes que hablaran en esta situación. Reconozco mi limitación. De momento sólo soy capaz de hacerme preguntas.

¿Existe un proveedor de centralitas (o varios) que está dispuesto a suministrar centralitas fraudulentas a uno de sus clientes y al resto no? ¿Están confabulados un grupo de ingenieros de un proveedor de centralitas (o varios) con un grupo de ingenieros de Volkswagen y nadie más lo sabe en el mundo hasta hoy? ¿Con qué objetivo? ¿El grupo de ingenieros del proveedor de centralitas obtiene un bonus específico por la venta de esos coches?

Desconozco si es sólo una empresa o más de una la que suministra las centralitas fraudulentas a Volkswagen. Por la forma de trabajar de estas empresas proveedoras, con múltiples clientes, aunque trabajen en compartimentos estancos, me resulta imposible de creer que cooperen en un fraude de estas características.  ¿Se van a pegar un tiro dos empresas a la vez, agarraditas de la mano? (O más, porque no sé cuántos grupos de desarrollo ni de qué empresas habrán trabajado en esas centralitas)

Yo no me lo creo. No voy a ser yo el periodista que busque la mochila en la sede de la EPA ni de Volkswagen. No tengo medios para hacerlo. Pero hay demasiados aspectos que no me encajan.

1) La dificultad mayor, para las emisiones de NOx radica en cumplir con el ciclo de homologación y cumplir a la vez con los valores de CO2 deseados y de partículas negras. Una vez tienes la tecnología para cumplir con esos requisitos (con la cartografía que sea) no parece que tenga sentido cometer fraude, porque la cartografía que te permite cumplir con esa legislación no afecta a la curva de par ni de potencia. Diferentes emisiones de CO2, por ejemplo, pueden influir en la fiscalidad de los coches, como sucede en España. Peo es obvio que en EE.UU. la fiscalidad sobre el CO2 (que desconozco las particularidades en cada estado) no les disuade de llevar coches con motores enormes y consumos infinitos.

Sólo afecta a una combustión menos eficiente (que te permite pasar el examen de CO2 y partículas negras porque la medición se realiza al unísono) y a la suciedad del motor. El mayor problema para resolver, según dos ingenieros con los que he hablado que trabajan en la actualidad en el desarrollo de motores, es solventar la suciedad del motor, pero a día de hoy existen en el mercado diferentes soluciones a las que estamos más que acostumbrados. (De hecho, me pregunto si esos datos de emisiones cuarenta veces superiores a los permitidos no coincidirán con un momento de limpieza automática de uno de los filtros).

El otro inconveniente que genera una cartografía que permite cumplir con las emisiones de NOx es un incremento del consumo (que se mide en el mismo ciclo de homologación). Sugerir que Volkswagen (y su proveedor o proveedores de centralitas) pueden arriesgarse a todo este cataclismo para conseguir un consumo de dos litros más o menos (una exageración) en condiciones de conducción real en un país en el que el precio del combustible es tan bajo y donde una elevadísima proporción de coches consume a mares, me parece un dislate. Puede haber motivos para mentir y utilizar dos centralitas (y hasta 20), pero el del consumo, en EE.UU., no me parece posible. En Europa este sí que sería un asunto difícil y por eso me lo comentaron estos ingenieros, pero en principio, en Estados Unidos, aunque no son expertos en aquel mercado, no parece que las cifras de ventas vayan a resentirse por unas cifras de consumo homologadas un cinco por diez por ciento superiores a las teóricamente posibles, habida cuenta del bajo consumo de los motores Diesel y del elevado consumo de tantos motores de gasolina norteamericanos.

2) Que Volkswagen afirme que hay 11 millones de coches fraudulentos, cuando nadie le había acusado de nada fuera de Estados Unidos. Nadie te acusa de nada y antes siquiera de que alguien empiece a investigar dices que el fraude afecta a 11 millones de coches si bien no sabes ni qué coches son ni en qué paises se han vendido ni nada de nada. ¿Estamos locos? ¿Por qué das ese dato de 11 millones de coches para a continuación decir que no tienes ni idea de nada ni de dónde? ¿Ninguno de esos 11 millones de coches se vende en países con legislaciones muy laxas o incluso sin legislación relativa a la contaminación? ¿Dices que no tienes ni idea de que exista un fraude hasta hace cinco minutos y cinco minutos después dices, sin que nadie te acuse, que afecta a 11 millones de coches, pero no das ninguna indicación ni de qué tipo de fraude hablas, ni de qué modelos son, ni de dónde los has vendido? (varios días después empiezan a dar datos con cuentagotas y poco precisos)

Lo siento. ¿Son ustedes capaces de entenderlo?

(Quede claro, una vez más, que yo no niego que exista fraude. Tampoco lo afirmo. Pero en el caso de que haya fraude en 11 millones de coches. ¿Es idéntico el fraude en todos ellos? ¿Tiene sentido que lo sea? No son muy diferentes las legislaciones de unos países y otros como para que sea necesario incurrir en el mismo fraude? ¿De qué tipo de fraude hablamos, de un fraude que me permite colgarte de los pulgares o de un fraude por el que no te voy a poder ni pedir cinco euros?)

3) La EPA y Volkswagen acusan implicitamente a un proveedor (o varios) de desarrollar, fabricar y suministrar centralitas «fraudulentas» y no llaman a un juez para que les exija mostrar el código entero de esas «centralitas fraudulentas»? Entiendo que Volkswagen no lo haga, ¿pero que no lo haga la EPA? ¿Que no haya ni una sola autoridad independiente en este asunto, que no haya un juez o un árbitro que exija el código de la centralita para conocer el fraude con precisión antes de declararse una parte culpable y de acusar (implicitamente) a su proveedor (o proveedores) de fraude?

Cuando uno tiene tantos interrogantes sin respuestas claras puede conjeturar, plantear hipótesis, aventurar cábalas. Si dejamos correr la imaginación, como la orquesta Mondragón, podríamos escribir cien novelas distintas que hicieran encajar todas las piezas. Novelas de intriga, de amor, de celos, de egos y de dinero, mucho dinero. A cualquiera se le puede ocurrir que esto se trata de una conjura contra alguien, contra el valor de unas acciones, a favor de un tipo de combustible o de un tipo de suministro energético.

Yo soy refractario a la teoría de la confabulación. No me la creo salvo que tenga pruebas. En este caso, el cuerpo me invita a pensar que alguien se ha vuelto loco. Lo que sucede es que no tengo ni idea de quién. Quizá sea yo. Espero que alguien me pueda dar una centralita de repuesto.

APOSTILLA (que viene de a posta)

Me piden algunos de ustedes que les cuente lo mismo que les cuentan en todos los periódicos y revistas. Me piden que copie el método de las crónicas deportivas. Algunos de ustedes que ya han visto el partido por televisión y que han leído toda la prensa, que saben todos los detalles evidentes igual que los sé yo, quieren que los repita, que diga lo obvio, que les escriba de nuevo el resultado. El resultado es fácil. 77 a cero.

Si yo fuera un buen periodista, tendría acceso al conocimiento de inmediato. No lo tengo. La investigación de este asunto será larga. Yo, de momento, sólo tengo interrogantes. Demasiados interrogantes. Podría repetir como un loro lo que publican unos y otros. ¿Para qué? Léanlo en otro sitio.

Entiendo que no les interesen mis interrogantes. Pero los seguiré escribiendo para aquellos a los que sí les interesan. Les pongo este epílogo con el intento de que no llenen el espacio de comentarios con recriminaciones, que no dan luz. 🙂  Gracias.