Después de 5.000 km recorridos pienso, no sabía a lo que venía realmente a este viaje, mi preocupación era poder hacer un trabajo audiovisual a la altura, planificar el equipo de rodaje correcto, pensar un enfoque interesante de la historia… pero lo que me esperaba en esta aventura es un aprendizaje en todos los sentidos.
A nivel profesional, porque la administración del tiempo, la energía y los recursos es tan importante como un buen encuadre. Empaparme de la experiencia de Javier y hacer equipo con Julián han sido determinantes para inmortalizar la ruta.


Conocer a Víctor, un nuevo gran amigo, me sacude lo aprendido por haber puesto en duda si es posible tener una conexión profunda con una persona incapacitada físicamente, pero lo que nos une a las personas no son nuestros cuerpos si no la forma que tenemos de entender la vida.
El trato respetuoso y de continuo agradecimiento es lo que primero ves de él.
Llevar una cámara supone siempre una pequeña intimidación y tenía miedo que eso impidiera acercarnos, pero el humor es invencible y si con una persona te puedes reír es fácil que una noche acabes hablando de ideales sociales o de cómo entiendes y vives el amor, resulta que esa mente dentro de un envase, en este caso un poco más defectuoso que el del resto, es infinita como la tuya y para mi, está más despierta que la de la mayoría.
Ser testigo de la simbiosis entre dos desconocidos como Javier y Víctor ha sido una clase maestra de la verdadera esencia que debe cultivarse en cualquier relación, entre un “perdona, si no lo hago mejor y gracias por cada gesto” se crea el equilibrio.
A nivel personal, volver a casa con estas fotografías me llena de ilusión el alma pero lo último que me movía a hacer este viaje era poder hacer fotos de auroras boreales, que nos encontraran ellas a nosotros y pudiéramos fotografiarlas es un conjunto de casualidades a lo largo de ocho países diferentes, en el que no hemos dejado de disfrutar cada momento sin pensar mucho en el final del viaje.

Gracias a Javier Moltó y Nacho Oller por confiar en mí y darme esta oportunidad, prometo una edición de todos los momentos robados, vale la pena compartirlos.

Texto por Leticia Pedrosa «AsaltaMentes»

 

«Estáis locos» es lo que más se repetía en conversaciones con amigos y familiares antes de comenzar el viaje. Oyendo esta premisa me apetecía cada vez más cometer la aventura de adentrarnos en paraísos glaciares y registrar junto a Leticia todo el tránsito por ellos. Ver auroras boreales… estáis locos. Cuando conocí a Javier y Víctor todo cambió, vi que estaban más locos que yo y sabía que el viaje sería excepcional. Desde el km.0 la conexión fue rápida. Si por algo puede destacarse esta travesía es por la sonrisa de oreja a oreja que hemos tenido todos en todo momento. Enriquecedoras conversaciones en sitios que no sé si algún día volveré a visitar. Imágenes que jamás se nos olvidarán. Gracias por todo.

Texto por Julián Pérez.

Os dejamos una seleción de las fotos que más nos gustan aunque es muy difícil, no vamos a olvidar la luz tan increíble del Círculo Polar.

Viaje Auroras Boreales

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