Es el Golf de tercera generación, cuyas primeras unidades fueron producidas en 1991.

A finales de 1994 Volkswagen le cambió pequeños detalles, como el estilo de las llantas o el tamaño de los neumáticos (unos 205/50 15 en lugar de unos 195/50 R15). Más adelante hubo una versión «20 aniversario», que se distinguía, entre otras cosas, por unas llantas aun mayores (de 16 pulgadas fabricadas por BBS), por unos asientos Recaro y por otros elementos de equipamiento.

La unidad mostrada en esta prueba es de las fabricadas a finales de 1994. Su equipamiento de serie constaba de aire acondicionado, frenos con ABS, dirección asistida y elevalunas eléctricos. No tenía airbags.

El Golf III GTI 115 CV era un coche que daba buen resultado tanto para viajar -porque era relativamente cómodo-, como para disfrutar de su conducción en una carretera de montaña, y eso que no tiene todos los ingredientes que distinguen a los coches pensados para ir deprisa por una carretera de curvas. De hecho, tiene un tacto de freno esponjoso, un cambio de marchas poco rápido (especialmente entre primera y segunda o entre tercera y segunda) y un perezoso motor de gasolina, con 2,0 l de cilindrada y ocho válvulas. Parece que tiene un motor Diesel porque tiene poco brío a alto régimen. Soso para un GTI.

Aun así, su tacto de conducción era agradable, pero quería algo más y le cambié los amortiguadores por unos Bilstein (modelo «Sport»). Los que tenía de serie me parecían excesivamente blandos para un coche pretendidamente deportivo. Desde ese momento, sus reacciones del coche cambiaron sustancialmente. Ganó mucho en agilidad. Se tornó más divertido, más sensible a las órdenes del volante y de los pedales. Con amortiguadores buenos o sin ellos, era más efectivo en curvas que el torpe Fiat Tipo de la época y tenía mejor tacto que el Opel Astra equivalente. Cualquiera de ellos, en sus versiones con motores potentes, eran mucho más rápidos en recta que el Golf GTI de 115 CV.

Su consumo de combustible es elevado en ciudad y moderado en carretera. Se puede viajar a ritmos normales, por autovías o autopista a velocidades legales con un gasto próximo a 7,0 ó 7,5 l/100km. Por carreteras con limitación de 90 ó 100 km/h, conduciendo con gran suavidad, el consumo puede estar sobre los 6,0 l/100km, según el ordenador (que por cierto también da información de la temperatura del aceite, algo muy valioso, pero raro de encontrar en coches modernos).

Aparentemente el depósito es pequeño, Volkswagen dice que tiene 50 l, pero yo nunca he conseguido introducir más de unos 42 l. Quizá por miedo a quedarme sin gasolina, siempre he repostado antes de estar realmente cerca de agotar el depósito: nunca se tiene una idea exacta de gasolina que queda porque la no hay indicador luminoso de reserva.

El puesto de conducción tiene la carencia de que el volante sólo se puede regular en altura y queda lejos para aquellos conductores que les guste llevarlo cerca del pecho.

El mayor fallo de equipamiento de seguridad es que las plazas traseras no tienen resposacabezas. Si los tuviese, dos adultos viajarían muy bien atrás, porque hay sitio suficiente.

Adquirí este vehículo en el año 2001, con 112.000 km, ahora tiene 218.000 km. Considero que el coste de manteniendo ha sido bajo. Durante todo este tiempo, además de los cambio periódicos de filtros, líquidos y neumáticos, ha sido necesario sustituir dos rodamientos de las ruedas traseras (se picaron) y la bobina (sin previo aviso, un día el coche dejó de arrancar). Nunca se ha reemplazado su embrague.