En la entrada anterior conté que habíamos tenido una avería en la caja de cambios del Clio (coche que compramos hace 15 meses para hacer una prueba de 120 000 km). Por ese motivo, el 24 de junio dejábamos el coche en un taller Renault situado en Alcalá de Henares.

Al día siguiente de dejarles el coche, tal y cómo nos habían indicado, se pusieron en contacto con nosotros mediante un SMS para comunicarnos que Renault había autorizado la sustitución de la caja de cambios bajo la cobertura de la garantía. En el mensaje también se nos informa que el plazo mínimo de entrega de la caja son tres días y que, por lo tanto, esperan recibirla el día 30.

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El miércoles 2 de julio, una semana y un día después de dejar el coche en el taller, me llaman por teléfono a las seis de la tarde para informarme de que podemos pasar a por el coche al día siguiente (jueves), a partir de las 16:00. Les advierto de que recogería el coche una persona distinta a quien lo había llevado, y que esa persona no disponía del papel que me dieron para recogerlo, así que les di el nombre y apellido, además del DNI, de esa persona para poder hacer la entrega.

El jueves granizó en Madrid, el tráfico estaba muy complicado y en la redacción teníamos mucho trabajo, así que decidimos llamar al taller para comunicarles que iríamos a por el Clio al día siguiente. No pusieron ningún problema.

Mi compañero Fernando Ríos fue a por el coche el viernes. Cuando llegó a Autocarpe S.L. lo vio aparcado delante de la recepción. Esperó menos de cinco minutos para que le atendieran. Le pidieron el DNI, que fotocopiaron, y que escribiese en una hoja el siguiente texto “Recojo el vehículo con matrícula (y la matrícula)”

Acto seguido le acompañaron hasta el coche, al que quitaron las protecciones de plástico que tenía en el volante, el suelo y la palanca del cambio para que no se ensuciase mientras lo manejaban los mecánicos del taller.

Fernando les preguntó por el motivo de la avería de la caja, a lo que no obtuvimos una respuesta aclaratoria porque nos dijeron que en el taller solo verifican que el funcionamiento es incorrecto, que ellos mandan la pieza al departamento de Renault que se encarga de determinar cuál es el problema y repararla si procede. La caja que nos han puesto a nosotros es nueva, no una reparada. La garantía es la misma que el resto del coche, no tiene un periodo adicional.

Como no nos daban ningún documento en el que apareciese la intervención que se le había hecho al coche, Fernando les pidió uno. La persona que nos atendió le dijo que no daban ninguna factura ni hoja de reparación porque no es una operación de mantenimiento, y que se factura a Renault. Que sí aparecerá registrado en el sistema informático de Renault, al que tienen acceso todos los concesionarios oficiales. Aun así, Fernando insistió en que quería tener un documento en el que quedase constancia de qué se había hecho esta reparación, por lo le imprimieron un pantallazo de la orden de reparación, en la que se detallan todos los elementos que han cambiado.

Operaciones hechas en la sustitución del cambio

Operaciones hechas en la sustitución del cambio

En este documento se ve que han cambiado cosas como el líquido refrigerante y el de los frenos. El refrigerante lo han cambiado porque han tenido que abrir la tubería del circuito para acceder a la caja; el líquido de frenos, por la sustitución del collarín del embrague. En ambos casos, según nos han explicado, es el procedimiento que marca Renault en este caso. No nos dicen nada de una pequeña fuga que hemos observado en el manguito que va conectado al radiador en la parte superior derecha.

También comprobaron los elementos amortiguadores que hay tras el paragolpes delantero, cuya función es mitigar las lesiones en un atropello. Todo estaba correcto y no han tenido que hacer nada.

El cuentakilómetros marcaba unos 25 kilómetros más que cuando dejamos el coche a reparar, suponemos que los que han hecho para comprobar el correcto funcionamiento de la nueva caja de cambios.

El día de San Fermín, el 7 de julio, el día después de publicar la entrada anterior a ésta, me llaman del taller para preguntar si todo iba bien. Le digo a mi interlocutora que yo aún no he conducido el coche y que mis compañeros lo han usado poco pero que, en principio, todo funciona como debe. Me aclara, dos o tres veces, que hacen esta llamada pasados unos días de la reparación para asegurarse de que todo ha ido bien, lo cual me hace sospechar (lo de la reiteración en la explicación) que, aunque eso sea cierto, ya están al tanto de la publicación en el blog. Sea así o no, han sido igual de amables que el primer día que aparecimos en el taller.