El Renault Clio al que estamos realizando la prueba de larga duración está pintado en color amarillo, una tonalidad que Renault denomina «Amarillo Sport» y que ofrece de manera opcional por 200 €. A pesar de su denominación, no es el mismo amarillo que pueden tener las versiones deportivas RS —denominado «Amarillo Racing» (1600 €); galería de imágenes—. Que fuese amarillo fue cosa del destino, no una imposición nuestra (más información sobre el proceso de compra).

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Centro de lavado Jet Wash

Al día siguiente de estrenar el Clio, tuvimos un accidente (en esta entrada narramos lo sucedido) que obligó a reparar algunas piezas que, desde entonces, no tienen la pintura original, entre ellas el paragolpes delantero (en esta entrada revisamos los daños y en esta otra, contamos la reparación).

Este verano, lavándolo, se desprendió una capa muy fina, como el papel de fumar, de la pintura en la zona central del paragolpes.

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Imagen tomada en el lavadero, justo después del incidente

Durante la prueba hemos evitado limpiar el Clio un túnel de lavado automático para no dejar marcas de los rodillos, aunque en algunos talleres sí han lavado el coche de esta manera. Esta vez, como tantas otras, estábamos lavándolo con agua a presión, con la precaución de no acercar la lanza de agua a presión a menos de 30 centímetros de la carrocería.

Puestos a elucubrar, se nos ocurre que la pintura pudo desprenderse porque en ese punto del paragolpes hubiese un pequeño golpe o un picotazo, aunque no recordamos que lo hubiera.

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En paralelo a la zona dañada, al otro lado del rombo, hay una pequeña marca sin pintura

Limpiar el Clio no es tarea fácil. Uno de los comentarios habituales entre los miembros de km77.com que en alguna ocasión lo han lavado es la dificultad para que éste quede totalmente limpio. Por mucho que se pase la lanza con agua jabonosa caliente, sobre el amarillo queda una fina pátina negruzca. Además, sobre este amarillo resalta mucho la suciedad.