Una competición en la que hay que correr poco y gastar menos. Eso es, más o menos, en lo que consiste el Eco Rallye Vasco Navarro, una prueba de regularidad y conducción eficiente que va por la quinta edición y que puntúa para la Copa FIA de Energías Alternativas.
No es la primera vez que participo en una competición “eco” (mis historias en Marruecos durante el Eco Desafio 2012) pero sí es la primera que hago regularidad. Si me cobrasen por palabras, diría que consiste en hacer un trayecto en el tiempo exacto que indica la organización. Pero no es tan simple, en cada tramo hay unos puntos de control que son secretos y que te obligan a ir siempre a la velocidad media estipulada. Por cada décima de segundo de error, ya sea por adelantarse o retrasarse al pasar por uno de esos controles, se suma una penalización de 0,1 puntos. Por lo tanto, cuantos más puntos peor.
Vale, ahora algunos pensaréis que tampoco es tan difícil ir a la misma velocidad durante un tramo. Pues bien, también hay que tener en cuenta que son tramos abiertos al tráfico, en los que te puedes encontrar desde un atasco porque el Alavés ha ganado el partido y ha ascendido a segunda a un semáforo en rojo debido a una zona en obras en medio de un puerto de montaña, ¿ya no parece tan sencillo, no?

Nuestro coche, un Peugeot 3008 HYbrid4 de 200 CV.

Nuestro coche, un Peugeot 3008 HYbrid4 de 200 CV.


Peugeot España me invitó a participar en esta prueba conduciendo un 3008 HYbrid4 (información de este modelo en km77.com), formando equipo con César López, un compañero y amigo del periódico Heraldo de Aragón. Como su experiencia era igual que la mía, ninguna, pedí ayuda a Themis —el bloguero más madrugador de los blogs de km77.com—, para que me contase en qué consisten este tipo de pruebas.

Tras las explicaciones, me pasó una tabla de Excel para calcular los tiempos cada 100 metros en cada tramo. Sabiendo la duración total de cada tramo y las velocidades medias (variables en algunos tramos) —publicadas por la organización en su página web—, podía calcular la hora de paso cada 100 metros del tramo. Así que me tocó dormir poco la noche anterior del Eco Rallye para tenerlo preparado, configurar una tableta (tipo iPad) para poder usarla —y que finalmente no usamos— durante la carrera y preparar otras cosillas. El viernes, temprano, partimos rumbo a Vitoria.
Iradier Arena o Plaza de toros de Vitoria

Iradier Arena o Plaza de toros de Vitoria


El parque cerrado estaba en la plaza de toros, una plaza de toros que desde fuera no se asemejaba, ni por asomo, a lo que yo tenía en mente hasta ese día como plaza de toros. De hecho, no supe que lo era hasta que entramos con el coche y vi el ruedo (briconsejo gastro-turístico: merece mucho la pena una visita a esta ciudad).
Por dentro, salvo por la falta de la arena, sí parece una plaza de toros

Por dentro, salvo por la falta de la arena, sí parece una plaza de toros


 
En el interior de la plaza de toros se pasaban las verificaciones administrativas y las técnicas. Segunda sorpresa del día tras la de la plaza de toros que no lo parecía: nos entregan el rutómetro y ¡una tabla de tiempos! Todo el trabajo de Excel de la noche anterior no servía para nada, nos lo daban ellos.
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A la izquierda, el rutómetro con las viñetas y las indicaciones para las etapas del rally

A la izquierda, el rutómetro con las viñetas y las indicaciones para las etapas del rally


Entre los participantes había dos grupos, el de los profesionales y el de los periodistas (que íbamos con varios Peugeot 3008 HYbrid4 y Ford Fiesta EcoBoost, además de un Renault ZOE). Sin el dato del coche, también era fácil distinguirlos: los primeros llevaban el salpicadero lleno de cachivaches electrónicos y los otros, salvo excepciones, no habíamos llevado ni cinta adhesiva para colocar unas placas del rallye…)
Pues eso, nuestro Peugeot 3008 HYbrid4 era Diesel y eléctrico.

Pues eso, nuestro Peugeot 3008 HYbrid4 era Diesel y eléctrico.


Entre las verificaciones administrativas y las técnicas, había que ir al hotel a dejar el equipaje. Comienzan los nervios, porque además de ir al hotel que estaba en el otro extremo de la ciudad, nos faltaba hacer el tramo de calibración y no sabíamos si nos iba a dar tiempo para llegar a las verificaciones técnicas.
Vamos en modo anti-eco hasta el hotel y, desde ahí, cruzamos otra vez la ciudad en dirección al tramo de calibración. ¿Qué que es el tramo de calibración? Pues es un recorrido que sirve para poder calcular el error del cuentakilómetros (o del aparato que uses para medirlos) respecto al que ha utilizado la organización para confeccionar el rutómetro. De no hacerlo, puede que 10 km según el indicador del coche sean 9,8 o 10,1 km, con lo que nunca se podría pasar en el momento exacto por cada control. La organización da en una hoja un punto preciso de salida (una señal en un desvío de una carretera) y un punto final (otra señal de otro desvío), lo pueden ver en la imagen que hay abajo. Poniendo a cero el cuenta kilómetros, recorrimos el tramo y comprobamos, con alivio, que el indicador del Peugeot 3008  no tenía error o el que tenía era pequeño, ya que el cuentakilómetros marcaba la misma distancia que la que indicaba la organización (no lo podíamos medir con mayor precisión que las centenas de metro).
Fotos del punto inicial y final del tramo de  calibración

Fotos del punto inicial y final del tramo de calibración


Primeras viñetas del tramo de calibración

Primeras viñetas del tramo de calibración


Finalizada la calibración volvimos a la plaza de toros, otra vez en modo anti-eco, para pasar las verificaciones técnicas y de ahí a la gasolinera donde la organización hace el repostaje del coche y precinta la tapa del depósito para no poder volverlo a llenar hasta que finaliza la prueba. Antes aprovechamos para aumentar la presión de los neumáticos (el reglamento permite un 10% por encima de la recomendada). A mayor presión, menor superficie de contacto con el suelo, menor rozamiento y menor consumo.
Precinto para no hacer trampas...

Precinto para no hacer trampas…


Tras mucho correr y mucho estrés, conseguimos regresar a tiempo a la plaza de toros para dejar el coche (creo que corrimos más durante esta mañana que durante el rallye) y nos fuimos a comer, como no, unos pintxos.
A las 16:00 empezaba la carrera, las 16:00 horas según el reloj de la organización que es el que se utiliza como referencia, así que tuvimos que sincronizar nuestros relojes con el suyo, algo imprescindible porque cada participante tiene que empezar cada tramo siguiendo un horario y si tu reloj no coincide con el de ellos… ¡Macumba! que diría mi amigo Nacho Salvador (por cierto, ya es posible apuntarse al Eco Desafio 2013).
El "enemigo", poniendo en hora los relojes...

El «enemigo», poniendo en hora los relojes…


Nosotros salíamos a las 16:26 (un coche por minuto, no había coche 13 y nosotros éramos el 28). El primer tramo no era cronometrado, era de enlace. Es decir, no hay que hacer nada especial salvo llegar a tiempo al comienzo del siguiente tramo. Los nervios me hacen liarla, se me olvida poner a cero el ordenador del coche en la salida y no me doy cuenta hasta que llevamos 200 metros.  En este caso, el error no supone un problema mayor que tener en cuenta ese desfase en las indicaciones del rutómetro que nos sacan de Vitoria hacia una carretera,  ruta que hacemos lo más despacio posible para gastar poco pero a la velocidad suficiente para no llegar tarde al control.
Continuará…