La etapa de hoy ha empezado media hora tarde porque había mucha niebla y los helicópteros no podían volar. Cuando hemos comenzado nos hemos encontrado con un terreno tremendamente resbaladizo, era como circular sobre una capa de jabón, que hacía muy difícil la conducción. Y si no que se lo pregunten a Nani Roma, que salía primero y pocos kilómetros después de comenzar ha hecho un recto en una curva y, unos metros más tarde, se ha salido por un terraplén y ha volcado. Por suerte, puede seguir en carrera.
Con Nani retrasado, nos ha tocado a nosotros abrir carrera, algo nada fácil en un día como el de hoy. Aparte de la niebla y la lluvia, que limitaban la visibilidad, teníamos el hándicap de encontrarnos con una capa de barro muy fina, pero muy resbaladiza, que había que el coche fuese de un lado a otro. Una capa tan fina que se iba limpiando a medida que pasaban los vehículos, lo que ha propiciado que tres pilotos que salían retrasados (Al Attiyah, Neves y Chicherit), hayan rodado mucho más deprisa. Aunque el balance es muy bueno, ya que seguimos segundos y hoy era el día menos indicado para abrir carrera.
Lo positivo es que mañana salimos en una posición muy buena para afrontar la primera etapa de desierto, con dunas y mucha navegación, en la que viene bien salir desde detrás para ir cogiendo el pulso al libro de ruta de este año.
Como curiosidad, comentar que la etapa de mañana se hacía el año pasado en sentido inverso y allí acabaron tanto las posibilidades de Carlos Sainz como las mías, que copilotaba a Nani Roma. Fue el día del accidente de Carlos. Y también fue el día que nuestro coche tuvo que llegar a la meta remolcado por un problema mecánico.
A destacar también el fuerte calor que está haciendo. Pese a las lluvias, las temperaturas son muy altas y por eso se espera que las dunas se encuentren especialmente blandas. Empieza el Dakar de verdad.
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