Hoy había un tramo cronometrado bastante largo, 433 km, que a nosotros se nos ha hecho larguísimo. Pero comencemos por el principio. La especial era rapidísima, con líneas rectas interminables en las que había muchísimo polvo, lo que dificultaba la visibilidad. Pero para nosotros los problemas han comenzado en el kilómetro 60, cuando hemos pinchado dos ruedas a la vez. Las hemos cambiado bastante rápido y hemos vuelto a coger ritmo hasta que en el kilómetro 160 hemos vuelto a pinchar otra rueda.
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Entonces las cosas no han sido tan fáciles, ya que la rueda estaba deformada y no cabía en el hueco. Hemos tardado un buen rato en conseguirlo. Por reglamento no se pueden abandonar los neumáticos pinchados…
Además del tiempo perdido, para nosotros comenzaba una carrera bien diferente, ya que todavía teníamos 270 km por delante y ya no nos quedaban más neumáticos de repuesto. Se ha hecho largo.
Quitando este susto, la etapa ha ido bastante bien. En las partes sinuosas conseguimos recuperar tiempo a los demás, lo que es un buen síntoma de que nos vamos amoldando perfectamente al nuevo coche.
Para hacer la etapa más completa, en un punto había un pequeño lío de navegación. Había una nota cuyo diseño no estaba muy bien y lo interpretamos bien, pero el rumbo era para otro lado del dibujo.
Llegando a las dunas hemos disfrutado de un pequeño duelo con Carlos Sainz, que en cuanto nos ha visto llegar ha apretado el ritmo. Hemos tirado detrás de él y se nos ha escapado porque la presión de las ruedas era altísima y él lleva auto hinchado. Pero en la “pelea” Carlos ha doblado un trapecio trasero.
La parte final era dentro de un río, con 35 km muy rotos en los que hemos optado por rodar a un ritmo tranquilo por miedo a pinchar otra vez.
Otra de las características del día es que ha hecho mucho calor, pero con la nueva ropa ignifuga que nos ha hecho Galuppo, que reduce la temperatura corporal, todo ha ido muuuuy bien.