Hoy os voy a contar las cosas en un orden diferente, porque hemos sufrido un incidente que quiero recalcar, algo que no debe pasar nunca en el deporte, pero que dejo para el final, por aquello de mantener el interés del resto del relato…
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La jornada comenzaba por una pista sinuosa, que iba entre valles de dunas. Muy bonita. Nos favorecía el terreno, así que hemos aprovechado para atacar y enseguida hemos cogido al Mini de Novistkiy, al que hemos superado sin muchos problemas. Luego se entraba en una zona de dunas muy pequeñas y muy juntas, donde era muy fácil atascarse. Allí estaba Nani clavado, en un sitio muy malo. Abrir pista tiene esos problemas, pero la verdad es que es una lástima, porque no está teniendo suerte.
Pasado este punto complicado, se entraba en una pista muy rápida, que ya habíamos hecho en otras ediciones, pero en sentido contrario. Ah, se me olvidaba contaros que hemos hecho unas pequeñas modificaciones en la suspensión que no han ido mal. En estas pistas rápidas hemos encontrado a Carlos parado, pero no había nada que hacer: el motor estaba roto. La verdad es que nos ha dado mucha rabia a todos el abandono de Carlos, que se merecía no haber tenido tantos y tantos problemas. Pero él es un luchador y siempre sigue adelante. Seguro que está fastidiado, y lo entiendo. Aunque conociéndole, creo que no me equivoco si digo que volverá. Carlos todavía puede ganar un Dakar.
La segunda especial era bien distinta. Comenzaba por un río seco, antes de pasar a una pista muy arenosa, llena de fesh-fesh y con mucho polvo en el ambiente. Resultaba complicado adelantar a las motos y no quiero pensar lo que hubiera pasado si hubiéramos tenido que superar a un coche. Y el final ya lo sabéis; hemos ganado la especial y ahora estamos muy cerca de Peterhansel, un sueño inimaginable cuando hace unos pocos meses poníamos en marcha un nuevo proyecto sobre un papel en blanco.
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Y ahora lo prometido: el incidente con el “vaquero”. El deporte y los deportistas tenemos que ser un ejemplo para quienes nos siguen. No vale ganar de cualquier manera o hacer jugadas sucias para alterar el resultado de las competiciones. Hoy hemos ganado, pero hemos estado muy cerca de no conseguirlo gracias a una jugada de nuestro “amigo” Robby Gordon.
Después del enlace se volvía a salir al tramo dos con las mismas diferencias que habíamos llegado al final del tramo uno. A Gordon le íbamos ganando por mucho, pero todavía estábamos lejos de él físicamente, ya que había salido tercero y nosotros séptimos (salió 12 minutos antes). Como le habíamos ganado por ocho minutos, él salía 4 antes que nosotros al segundo tramo. O tendría que haber salido, ya que se ha detenido adrede más de tres minutos para comenzar el tramo cuando faltaban diez segundos para que se diera nuestra salida. El “vaquero” nos quería hacer morder el polvo. Por suerte para nosotros, es malísimo conduciendo, con lo que se ha salido en la primera curva, ha impactado contra un montículo y hemos aprovechado para adelantarle. Viendo cómo eran los siguientes kilómetros, ambos hemos comentado lo difícil que habría sido salvar esta jugarreta sin un riesgo bestial. Podía haber significado el final de nuestro Dakar 2013. Pero, por una vez, el destino ha querido que la balanza no se incline del lado de los malos deportistas.
Mañana más en una etapa que, en principio, no nos favorece.