Cine y coches, qué gran matrimonio. No se me ocurre nada mejor para empezar con un blog que une los 35 milímetros y las cuatro ruedas que una pregunta lanzada al aire: ¿cuál es la mejor persecución automovilística de la historia del séptimo arte? No es una pregunta fácil y desde luego seguro que va a ser imposible ponernos de acuerdo, pero –obviamente- cuento con ello.

Naturalmente yo voy a apostar el primero (ventajas de mi posición) y lo haré desde una perspectiva más personal que cinematográfica. Mis caballos ganadores son: ‘Bullit’, porque sale Steve McQueen y porque es –simplemente- legendaria, un icono imborrable (cuando uno pisa San Francisco por primera vez siempre piensa en un Ford Mustang a toda hostia) . Segundo, y porque me da la gana, ‘Granujas a todo ritmo’(‘Blues Brothers’ en VO): lo de ver al grandioso John Belushi (de lejos mi cómico favorito de todos los tiempos) y a Dan Aykroyd en –la que sigue siendo- la escena que ostenta el record de coches destrozados de la historia del cine, me pone de buen humor. Y en tercer lugar, aunque quizás debería decir ‘French Connection’ o ‘Mad Max’ (las dos claras merecedoras del Gallifante) voy a decir ‘Ronin’, porque sale De Niro y porque tengo debilidad por el director de la película, John Frankeheimer, capaz a los 68 años de filmar con el nervio de un tío de 20.

Hay muchas más, pero esas son las mías. ¿Alguien ahí fuera con mejores candidatas?