Amigos y amigas,

 

¿Qué tal están ustedes/as? Espero que en plena forma y todas esas cosas que se dicen en estos casos. La verdad no me la cuenten, que ya tengo suficiente con lo mío.

 

Hoy hubiera cumplido años mi padre. Un tipo que era todo lo que yo no soy: bueno, cabal y silencioso. Papa, si me estás viendo desde algún lugar: deja de mirarme, coño.

 

Pero a lo que hemos venido hoy en este –su blog de cabecera- es a hablar de libros (no del mío, que tengo uno) porque en mi querida ciudad de Barcelona hoy celebran uno de los días más bonitos del año: Sant Jordi. A muchos/as les molesta este día, porque entienden que la mayoría de los que compran libros hoy lo hacen por puro postureo. Miren, igual no les falta razón a los/las que piensan así, pero me da igual. Todo lo que sea comprar un libro y leer me parece bien. Con o sin postureo.

 

Siempre me ha gustado este día porque es el arranque oficial de la primavera y porque si hace sol –como hoy- las ciudades y pueblos de Catalunya se llenan de rosas y de paradas y de libros y de comics y de gente con ganas de darse un paseo. Y yo -que soy un pesimista desaforado- recupero por unos minutos la fe en la raza humana. Solo un rato.

 

Así que hoy voy a recomendarles cuatro libros, así como el que no quiere la cosa. Por si les apetece ir a comprarse alguno (es el día del libro en toda España, así que la excusa la tienen a huevo).

 

  • La segunda vida de Nick Mason. Una sorpresa enclavada en el ‘noir’ sobre un tipo condenado a 25 años de prisión que –por circunstancias que no voy a revelar- sale 20 años de lo previsto. El problema es que debe devolver el favor. Y devolver el favor le va a salir muy caro. Escrito por Steve Hamilton, un autor al que no yo no le había leído nada, el libro es más seco que un dry Martini servido a temperatura ambiente en el desierto del Gobi. Fabuloso.

 

 

  • Los derechos del hombre de Thomas Payne (comentado por Christopher Hitchens). Una maravilla, más relevante que nunca, publicado originalmente en 1791 y tan incendiario como en aquel entonces. Si encima lo comenta el desaparecido Christopher Hitchens, no tengo que decir que es una adquisición obligatoria. Me lo he pasado pipa leyéndolo y seguro que ustedes también. No sé a qué esperan.

 

  • Elon Musk. Escrito por el periodista especialista en tecnología Ashlee Vance, este libro explica la historia de un visionario que oscila entre el dictador y el genio, y que ha alumbrado una de las empresas del ramo de la automoción más famosas de todos los tiempos: Tesla. Vance no se olvida del lado oscuro del tipo y por eso se lo recomiendo. Además, salen un montón de coches. Qué coño, para que luego se quejen.

 

  • Yo contengo multitudes, de Ed Yong. Uno de los mejores libros de divulgación científica que he leído en lustros, centrado –aunque no únicamente- en los microbios que nos habitan y cuál es su poder (inmenso). El autor tiene –encima- sentido del humor y lo que explica es apasionante. No les cambiará la vida, pero les aseguro que les hará pensar y mucho. Corran a comprarlo. Corran.

 

Y ahora me voy a pasear y a recordar cuando hacía lo propio con mi padre. Un hombre que me inculcó (junto con mi abuelo) la pasión por la lectura.

 

Te lo dedico, papá.

 

T.G.