El Golf se ha ido de viaje por siete países, acompañado por dos pasajeros. Ha recorrido 7.400 km en 9 días.

Poco después de planificarlo, hablando del viaje algunas personas poco enteradas de la dimensión espacio-tiempo, nos encontramos con comentarios curiosos:

-“Nos vamos a ir a Transilvania, entre otros lugares y tenemos 9 días de vacaciones”-.
-“Jo, pues por lo menos tendréis que hacer 200 km al día. ¡Menuda paliza!”-

Salimos de Cuatro Vientos (Madrid) a las 5.00 h de la mañana, sin un destino claro. Salvo unos pocos sitios pactados, el resto del viaje está completamente abierto. No tenemos ninguna reserva de hotel, que siempre obliga a cumplir un itinerario y un horario, pararemos donde nos apetezca. Preferimos prescindir de reservas de hotel por la tienda campaña, aislantes y sacos. A veces me da la impresión de que vivimos excesivamente protegidos.

Mi cómplice de viaje, cuidadosamente elegido entre la larga lista de voluntarios (;-)), se merece un pequeño homenaje. Es el chófer perfecto. No recuerdo a casi nadie que conduzca con más suavidad, que acelere o que frene de manera tan progresiva y que trace las curvas con tanta dulzura, con un solo golpe de volante. Conozco a gente que conduce muy bien, malabaristas del volante, pilotos punteros, pero creo que a ninguno de ellos les sale una conducción tan suave de forma natural.

-“Conduces muy fino”-, le digo.
-«Es que he jugado mucho al Super Turismo en la Play Station»-, responde.

El día anterior a la salida, el Golf pasó la revisión de los 60.000 km. No nos dieron el aceite que sobró (nos cobraron 4,0 l cuando en el cárter entrar 3,6 l). Compré un envase con un litro de aceite, por si fuera necesario añadir algo durante el viaje. No utilicé nada. Durante todos los kilómetros recorridos apenas bajó el nivel que señala la varilla. La mayor parte de los kilómetros conducimos a un ritmo cercano a la velocidad máxima legal en cada vía. Es decir, la mayor parte del tiempo el motor giró por debajo de 3.000 rpm, salvo en los adelantamientos y en las incorporaciones a vías rápidas.

salidasoses
Cuando uno va a un lugar que está a 3.400 km, el tramo Madrid-Barcelona se hace muy corto. Por recomendaciones de varios compañeros de km77.com, utilizamos la AP-2 únicamente desde Zaragoza hasta Soses (unos 12 €). Desde ahí hasta Barcelona vamos por la A-2, que está en buen estado y nos permite ahorrarnos unos cuantos euros.

Entramos en Barcelona para llenar el depósito de combustible. En Francia y en Italia la gasolina está muy cara. El navegador nos lleva a la BP de la calle Almogavers por la Avenida Diagonal. Hacemos caso al navegador porque no conocemos bien la ciudad, aunque yendo por la ronda litoral seguramente hubiésemos ganado tiempo. Después de que saltó la desconexión del surtidor por primera vez, introduzco unos 5 litros más con cierta facilidad. Cabrían unos 6 litros más, según hemos comprobado en otras ocasiones (que nos darían al menos 80 kilómetros extra de autonomía), pero para ello es necesario mucho tiempo -que prefiero no perder-.

Camino a la Junquera vemos el “Motor Home” de Andrea Dovicioso y Dani Pedrosa, camino al circuito de Brno.

motorhome

La siguiente parada es en la Junquera, localidad límite entre España y Francia. Allí aprovechamos a comprar algunas provisiones y ciertas cosas que son muy caras fuera de España.

frontera-junquera

La primera frontera la pasamos por la N-2, no por la autopista. Hay mucho tráfico. Atravesamos Francia por la Costa Azul, en plena época de vacaciones. Parece que en estos días “la gente” (qué poco me gusta esta expresión) se dedica a salir con el coche a las autopistas. Hay retenciones en todas las direcciones. Otros dos atascos importantes nos hacen perder al menos dos horas. Llegamos a Niza 16 horas después de salir de Madrid. Con poco tráfico, el trayecto Madrid – Niza se puede cubrir en 14 horas o incluso menos.

-Qué, ¿buscamos algún sitio para dormir?-. Pregunto a mi acompañante mientras callejeamos por Niza.
-Bah!, vamos a visitar Mónaco-, respondemos casi al unísono. De Niza a Mónaco hay unos 20 km.

cochesycasino
Mónaco tiene cuatro sitios clave para visitar. Los cochazos aparcados en la puerta del Casino, el Casino -si te dejan pasar; nosotros ni lo intentamos dado nuestro atuendo-, la zona del puerto deportivo con su piscina y las calles donde se desarrolla el Gran Premio de Fórmula 1. Mi acompañante tiene muchas ganas recorrer el circuito en coche, pero prefiere no conducir porque está cansado y por la noche no ve “ni para escupir” (palabras textuales) y eso que es óptico optometrista. Conduzco yo. En el túnel pongo el cambio DSG en modo Sport y acelero un poco el ritmo para aproximarnos -a años luz- a lo que puede sentir un piloto.

A filo de las 23.00h. buscamos, sin éxito, algún sitio para dormir. Normal, eso nos pasa por apurar tanto la frenada, pero no hay ningún problema. Contábamos con esa posibilidad y no nos importa. Las áreas de servicio de Francia son seguras, cómodas y están bien equipadas. Hay muchas autocaravanas por allí con gente en nuestra situación. Salvamos la noche.

Enrique Calle