Como explico en la anterior entrada que escribí en este blog, a finales de diciembre de 2009 calzamos el Golf con neumáticos de invierno, unos Pirelli W210 SnowSport 205/55/R16 91 H, como especificamos en esta crónica de km77.com. Según nos comentó Arantxa Miró, portavoz de Pirelli en España, los SnowSport no son neumáticos de invierno de última generación y por su concepción están destinados a favorecer la condución sobre nieve y tienen un rendimiento peor sobre asfalto. Según Arantxa Miró, los neumáticos de invierno de última generación tienen un equilibrio mejor: van mejor sobre asfalto seco y peor sobre nieve. A principios de este invierno estuve en una presentación de los neumáticos de invierno Pirelli Snowcontrol II, que son para coches de características similares al Golf por tamaño y potencia. En esa presentación conduje poco sobre nieve, pero ahora después de haber pasado todo el invierno conduciendo neumáticos de invierno, y por los recuerdos que tengo de aquella presentación, sí me atrevo a decir que los Pirelli Snowcontrol II van mejor sobre asfalto seco y probablemente peor sobre nieve que los SnowSport. Conducir sobre nieve con neumáticos de invierno La principal diferencia sobre asfalto seco es el incremento de ruido y vibraciones. El Golf, del que siempre hemos dicho que circula con mucha suavidad, ha empeorado con los neumáticos SnowSport. Principalmente en las curvas, con el volante girado, incluso a poca velocidad, aparece un sonido y una sensación rugosa al volante que nunca antes habíamos tenido. En nieve, en cambio el agarre es sorprendentemente bueno. Yo he aprovechado lo neumáticos de invierno para realizar varios viajes al Pirineo, en busca de nieve, pero ni un sólo día he encontrado nieve en las carreteras. Sin embargo, en la sierra de Madrid, al día siguiente de ponerle los nuevos neumáticos al coche sí pude hacer muchos kilómetros sobre nieve recién caída. Hice aproximadamente 100 km sobre nieve para probar bien los nuevos neumáticos. La nieve resbala mucho y si se va rápido hay que tener cuidado porque las frenadas se alargan y cuesta meter el coche en la curva. Incluso con los neumáticos de invierno la diferencia entre rodar sobre asfalto seco o mojado y sobre nieve es enorme. Frenada sobre nieve con neumáticos de invierno También es claramente apreciable la diferencia entre rodar sobre nieve con neumáticos de verano y de invierno. Con neumáticos de invierno puedes conducir, puedes colocar el coche, hacerlo deslizar… Hay agarre, se puede «jugar» con el coche. Con neumáticos de verano también hay que conducir, pero de otra forma de conducir. Hay que saber hacerlo para no quedarse atascado ante cualquier repecho y saber frenar bien para entrar despacio en la curva. Es una conducción para no quedarse atascado y para decelerar el coche antes de las curvas en las bajadas, con mucho cuidado siempre sobre el freno y el cambio de marchas. Después de mi experiencia durante este invierno tan lluvioso, también me atrevo a decir que difícilmente tiene justificación utilizar neumáticos de invierno en España si no se vive en lugares de montaña. Incluso para alguien como yo, que me gusta esquiar y conducir y que aprovecho cualquier fin de semana libre para acercarme al Pirineo, es difícil sacarle provecho a los neumáticos de invierno. En el Pirineo y en las zonas montañosas que conozco, las máquinas quitanieve trabajan mucho y enseguida limpian las carreteras. Dentro de los pueblos las condiciones son peores. Quizá si alguien frecuenta o vive en un pueblo cuyas calles están frecuentemente nevadas debería estudiarlo. Para el resto, si no nieva con mayor frecuencia en lugares de la meseta, o si no se repiten nevadas como la que ha paralizado Cataluña durante una tarde, no los recomiendo. Los fabricantes de neumáticos aseguran que cuando el asfalto está a menos de siete grados centígrados los neumáticos de invierno proporcionan un agarre adicional destacable sobre los neumáticos de verano. En nuestras mediciones de frenada no hemos obtenido la misma conclusión y durante los más de 5.000 kilómetros que he conducido el coche por carreteras frías o muy frías tampoco he percibido ninguna ventaja determinante de una decisión a favor de los neumáticos de invierno. Un fin de semana de mucho frío fui al Pirineo desde Madrid. Por la carretera entre Benabarre y Viella la temeperatura estaba continuamente por debajo de menos cinco grados centígrados. No nevaba pero el asfalto estaba mojado y en algunas zonas había nieve escarchada. El agarre era bueno, como el de una carretera mojada cualquiera. Es cierto que en esas condiciones llevar neumáticos de invierno da una tranquilidad superior, que te permite avanzar con mayor rapidez. Pero para casos extremos, tan poco frecuentes, ante la menor duda de si puede aparecer una placa de hielo delante del coche en cualquier momento, basta con reducir la velocidad para mantener el margen de seguridad. El otro inconveniente, al menos en el caso de los SnowSport, es lo poco que duran. Los neumáticos tienen poco más de 11.000 kilómetros y su profundidad de dibujo, en los delanteros, ya no permite que los utilicemos como neumáticos de invierno porque hemos llegado al límite de 4 mm. Ha sido un invierno con mucha agua y en esas condiciones el desgaste debiera ser menor que con asfalto seco. Sin embargo, incluso en esas condiciones el desgaste ha sido muy rápido. *************** En los dos últimos meses no hemos publicado ningún artículo del Golf por varios motivos. El fundamental es que la prueba de 100.000 kilómetros ya ha terminado. El coche tiene más de 106.000 kilómetros a mediados de marzo, justo un año después de que lo compramos. Como la prueba ha terminado, realizamos menos kilómetros con el coche y tenemos menos cosas que contar. Seguimos con el coche y aunque no vamos a llegar a los 250.000 kilómetros ni vamos a llevarlo a revisiones a diferentes concesionarios ni vamos a prestar atención especial al coche, lo tenemos con nosotros y si sucede algo digno de contar lo contaremos. Por ejemplo, la primera avería, que ya se ha producido. Se produjo a los 102.000 kilómetros aproximadamente. No se la cuento hoy, pero se la contaremos muy pronto. Ha sido una avería insignificante (por eso no se la cuento, no tiene mayor importancia). Es sólo para decirles que esto todavía no ha terminado, pero que está a punto de terminar. En principio, mantendremos el Golf. Me lo quedaré yo para uso particular. Le haré muy pocos kilómetros al año, por lo que difícilmente tendrá interés informativo. Aun así, este blog permanecerá abierto para siempre, para que pueda consultarse siempre que se desee. (Y para publicar alguna entrada más, que todavía vendrá)